Un soleado 24 de agosto, hace ya 30 años, llegó al mundo esta rubísima madrileña amante de la música, la moda, el arte y el cine. Por aquel entonces nadie podía presagiar una trayectoria tenaz, llena de trabajo y victorias. Dueña de un buen gusto pulcro y elegante, cada mañana pisa firme y se remanga para sacar adelante “Mi Clo” su firma de moda y diseño. Es entonces, en ese primer momento matutino, cuando comienza el caos, miles de tareas pendientes, patrones desordenados, mails por escribir y tejidos por archivar.
Llega a la moda, proveniente del mundo de la escenografía de espectáculos, por casualidad, por una afortunada casualidad, digamos, al menos para todos los soñamos con sus ligeras y delicadas blusas. Y es que se dio de bruces con el mundo de las pasarelas buscando, como una rastreadora de oro, un soporte para sus ilustraciones, habiendo recorrido antes el mundo del papel y la cerámica.
Con Camino está claro, su mirada exigente y su olfato afilado sólo le permiten construir prendas, como quien levanta inmensos edificios, con los mejores materiales y el patronaje más funcional. “Siempre busco un tema que desarrollar. A partir de ahí me creo mi historia, sus personajes y a modo de cuento empiezo a dibujar, a escribir, a enlazar unas cosas con otras. Soy bastante metódica.”
Estudió Aquitectura de Interiores, tiene en la espalda un máster en Diseño Gráfico y Audiovisual, y otro, que llevó a cabo en los últimos tiempos, de Diseño Textil y de Superficies. Aromas creativos que llegan de la herencia familiar “Mi padre desarrolló una carrera artística con éxito, y yo siempre pensé que tenía que vivir de esa manera. Lo dí por hecho. No era una pretensión, sencillamente pensaba que la vida era así.”
Es una alegría para nosotros poder descubrir también, entre los detalles de sus andanzas como diseñadora, una faceta más, y la verdad, insospechada, de Camino. Resulta que además, toca la guitarra, el piano y compone sus propias canciones. Algo que sin duda nos habla de su inspiración y su templanza, reflejadas en las prendas que dibuja y da a luz, mañana, tarde y noche.
Confirma, con alivio, que sigue en "los comienzos" y que queda mucho camino por delante. “Todo se gestó durante el máster de diseño textil. Aproveché el año para volcarme al máximo y pensar como darle forma a mi idea. Al final de curso desarrollé un proyecto muy exhaustivo, con vistas a ir definiendo lo que podría ser una colección, y hacer un muestrario de piezas.” Dos meses después, vio la luz su primera producción de juegos de té y café, cojines modulares, vinilos para pared, y con el tiempo llegaron, como las oscuras golondrinas, sus famosas y perseguidas blusas estampadas.
Por recorrer, un viaje la mar de movidito, protagonizado en primer plano por The Apartment, un pop up en el que participará próximamente, de la mano de los más reconocidos creadores y artesanos, comisariada por Better, que tendrá lugar para las ya, tan cercanas fiestas.
Nos regala un secreto y un consejo:
“No soy nada tranquila. O al menos no lo estoy, que no te engañe mi tono de voz.”
“Consejo, a mí misma, hay que tener paciencia e intentar que el nivel de perfeccionismo no nos impida avanzar."
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