Talent

Martina Orska: fotos desde Cumbayá

Martina Orska, diseñadora industrial, 22 años, gran promesa del mundo de la fotografía.

Martina Orska, diseñadora industrial, natural de Cumbayá, grandiosa ciudad de Ecuador, con tan sólo 22 años es ya una gran promesa del mundo de la fotografía. Sus luces, texturas y colores tienen obsesionado a más de uno.

A los 18 años coge la maleta y ni corta ni perezosa se embarca hacia España, para vivir entre Madrid y Barcelona. Ahora asentada en la capital de nuestro florido país, como ella dice, vive rodeada de mujeres y roedores (en una casa con cinco chicas y no pocos conejos y jerbos..) Adora esas noches que pasan todos juntos (animales incluídos) en el patio interior, en las que, como una gran familia comparten y sitúan sobre la mesa ideas, pasiones y futuribles indescifrables.

Su camino en la creación fotográfica comienza, según nos cuenta, de niña. Siempre obnubilada por los cigarillos y el fumar de su madre, ha creado en sus fueros internos una imagen detrás de otra, la mayoría con toques surrealistas, tales como una mujer rodeada de colillas dentro de un invernadero. Ahora rescata esos juegos mentales para trabajar y darles forma y peso.
La cámara llegó más tarde a sus manos, concretamente en una de esas optativas escolares. Desde ahí se inaugura un camino divertido e intimista en el que autoretrataba la vida de una adolescente, con una mirada única y salvaje. Más tarde, aquí la señorita, ya diseñadora industrial, se dio de bruces con Lourdes Segade, una fotógrafa que le cautivo y le transmitió su pasión por la imagen.
Pero no se queda ahí las influencias de otros grandes profesionales para Martina. Entre Rinko Kawauchi, Chema Madoz y Nacho Carbonell andan sus grandes referentes, acompañados de “La sutilidad de la forma del cuerpo humano y la delicadeza que te puede llegar a transmitir un ambiente, así como el poder de la luz sobre la atmósfera.” como grandes inspiraciones.

Actualmente está exponiendo una de sus series fotográficas, “Sueños de Luz”, en el espacio Bliss en Méndez Alvaro. Su último trabajo, un shooting para una gran tienda de moda que llegará a través de los fiordos del ciberespacio en unos meses, llamada Les Tisseurs, ha dejado con la boca abierta a todo el equipo, y podremos verlo a partir de septiembre en la web de la firma.

Hablando con ella, percibimos una serie de expresiones interesantes, que no nos dejan indiferentes: Ayayay, Achachay, Arrarray, todas típicas de su tierra. Un signo más del amor, de esta jovencísima de ojos silvestres, por sus raíces. Hasta tal punto que no duda a la hora de encontrar el mejor momento del día, ese en el que el mundo se para, y tranquila disfruta degustando quesos de su tierra con un buen ají ecuatoriano de maracuyá llamado Olé, que le mandan sus padres, por la cuenta que les trae.
“Ecuador es un país en el que hay mucho por hacer, creo que hay mucha creatividad en el país y aun no ha sido explotada. Quiero devolverle a mi tierra lo que ella me ha dado. Me gustaría trabajar con todos los jóvenes artistas que hay ahora y hacer que el diseño y fotografía ecuatoriana llegue a niveles internacionales.”

Su objetivo primordial, que la mantiene noches en vela, es llegar a transmitir las vivencias que aportan los cinco sentidos a través de la vista, de la imagen, de la fotografía. “Lo tengo claro, mi primer gran aprendizaje fue que madrugar era fundamental para conseguir materiales, y esperar a la noche, para aprovechar los objetos desechados. El segundo, que siempre debo llegar a un concepto real, sin él, un proyecto no cobra vida."

El futuro lejano pinta bien, ¿Berlín? ¿regreso a tierras quiteñas?. A corto plazo, ya el próximo mes de diciembre, dará por terminado su Máster de Comunicación al que decidió entrar para encontrar un complemento a sus estudios, la idea era sacar el máximo partido a sus años en Europa, y aprender, aprender y aprender.

Lleva poco tiempo en el mundo de la fotografía, pero las imágenes que consigue recrear tienen sello propio. Ahora, embriagada de ideas y divagaciones varias, empieza a bocetar sus nuevos proyecto. Casas de muñecas, excesos, adicciones y contrastes.

Fiel creyente en el destino, buscadora profesional de líneas rectas alrededor del mundo, Martina Orska encuentra en lo más cotidiano del día a día, esos dibujos, formas y colores que anotará y guardará a buen recaudo para sus conversaciones con la cámara.