Marta Nicolas, 26 años, santanderina de nacimiento y nómada de corazón. Madrid, Montevideo, Boston, New York y Londres son algunas de las ciudades que la han visto crecer, algunas de las coordenadas geográficas en las que ya debían percibir estas ganas de crear, de emprender y de cambiarlo todo. Nicolás ha creado, de la mano de Juan Sánchez-Herrera y Patricia Ratia, SamyRoad, una nueva red de contenidos que viene a revolucionar el social media.
Se define como una auténtica apasionada por la vida, por una vida, la de ahora, que sin duda la mantiene día y noche con la mente despierta, los ojos abiertos y los pelos de punta. Esta montaña rusa, que es hoy su profesión, su proyecto, su (si valoramos el riesgo), locura, comenzó hace menos de un año. Se trata de SamyRoad, una plataforma online donde individuos influyentes se encuentran y prescriben productos, servicios y eventos de una manera organizada y categorizada por secciones (moda, arte, música, aventura, solidaridad, viajes y 'start-ups'). El contenido es monetizado en un entorno de blogs y comercio electrónico para reportar beneficios tanto al usuario como a una acción solidaria que este mismo elige.
Además se diferencia del resto de redes en las que pasamos nuestras horas por su diseño, su gráfica impecable y absolutamente actual, y su interfaz intuitiva con una navegación realmente sencilla. De esta manera, Samyroad ha logrado situar su plataforma digital, en lo que a imagen corporativa, desarrollo creativo y programación se refiere, a la altura de las más destacadas webs internacionales.
“Cada día es distinto al anterior. Todo lo hacemos nosotros, todo. Samy exige además de todo el trabajo intelectual, una labor "extra" de relaciones públicas, de estar en el sitio exacto en el momento oportuno. Hay que ir a todos los eventos que podamos, a todos los sitios en los que creemos que podemos dar con nuestros potenciales usuarios "Samys". Tan pronto estamos con uno de los inversores más potentes de España presentando nuestro proyecto, como en un evento con bloggers de moda, o en una reunión decidiendo nuevas funcionalidades para la plataforma... Realmente es una aventura muy divertida”
Más allá de SamyRoad, y de su dedicación ciega a este proyecto, cada vez que tiene unos ahorros y algo de tiempo coge una mochila y se va, cuanto más lejos mejor. En una isla tailandesa de Koh Lipe se olvida del mundo, en Cabo Polonio camina por las calles de arena y apaga el teléfono. Nicolás lo dice claramente, “es imposible hacer planes a más de un mes vista”, pero eso no le desanima, tiene claro que esta experiencia le cambiará para siempre, y eso vale mucho.
Dedicación 100%, entrega máxima y miedos, ni uno; esa, pensamos, es la receta que Marta debe tener tatuada en alguna parte de su cuerpo, pues no la olvida ni un instante, ni ella, ni su equipo, todos ellos menores de 30, e invadidos por ese “espíritu Samy” que debe tener a sus familias en vilo. Lo han dejado todo, puestos de primera línea en las más altas firmas internacionales. Ni cortos ni perezosos, han saltado al vacío, y las cifras les dan la razón, no se han equivocado, la piscina estaba llena y la vida ha sabido agradecerles su valentía. Tomemos nota, el tan aclamado hoy “Yes, we can” cobra sentido y peso en manos de esta jauría de mentes brillantes llamadas a generar un universo infinito y virtual de contenidos alucinantes.
“Sólo los suficientemente locos para creerse que pueden cambiar el mundo son los que finalmente lo conseguirán”