Summers, ya de entrada suena, y suena bien. Guillermo además de músico, de amante de la escritura e ilustrador es un flamante artista y creador plástico.
El papel nepalí, cuya fabricación se remonta a comienzos del primer milenio, recurre a una singularísima manera de producción con los mínimos elementos. Sólo se necesita una forma de papel, la fibra y un pozo escavado en el suelo; el secado es por evaporación del agua dentro de la forma y expuesto al sol. La materia prima llega del Lokta, un árbol que sólo crece en las estribaciones de la cordillera del Himalaya a alturas de entre 2.500 y 3.500 metros.
Una vez informados, y suponemos alucinados con esta ancestral y auténtica técnica, podemos entender y llegar a acercarnos a este artista, que desde hace años recurre a este material como eje de su obra.
Para él ha sido un descubrimiento casi onírico, diríamos sensorial, con el que ha dado rienda suelta a sus necesidades expresivas.
"Me apasiona poder acceder a esa especie de trance creativo, de concentración y abstracción total en el que entras cuando estas creando, ya sea pintando un cuadro, componiendo música, tocando un instrumento; esa sensación de “flotar” sobre la realidad, en la que te disuelves…"
En sus trabajos, reúne sutilmente experiencias personales y reflexiones articuladas a partir de un eje central: la memoria y su representación. Tras terminar sus estudios de Bellas Artes en España e Inglaterra, desarrolló paralelamente su carrera como compositor y músico, con grandes éxitos a la espalda, aunque no sean los que hoy nos atañen.
Y es que hoy, viene a llamar nuestra atención, la muestra de evocadoras poesías plásticas que presenta Summers en estos días, piezas que recurren a objetos extraños, escaleras, bombillas, o montones de sal, para lograr ese aura frágil y centenaria. Un mundo propio, en definitiva, lleno de asociaciones simbólicas, en el que busca traducir lo vivido.
Texturas arenosas, volátiles, permeables dan forma a un universo soñado, de pensamientos perdidos y de recovecos jamás encontrados en el imaginario de este grande de la creación, que tanto experimenta en lo figurativo como danza en el abstracto. Las obras de Summers elevan, hacen crecer, hacen buscar más de “esto” al otro lado del cuadro.
¿Dónde estarán estos escondites que sólo él puede hallar?
Entre el 25 (impresionante inauguración por todo lo alto) y el 29 de junio en Madrid se expondrá su obra más reciente en la Galería Ciento Y Pico, un espacio que une más de cien años de historia con la última tecnología en pleno corazón de Madrid.
Nos sobran los motivos.
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