Emilia Grabowska, polaca de 28 años, ha trabajado como Responsable de Comunicación de marcas de lujo como Christian Louboutin, Valentino, Salvatore Ferragamo, Ralph Lauren; nada más y nada menos. Entre tanto se ha dedicado a crear su propia firma, Heart & Company. Ahora está en Madrid, deseando lanzarse al panorama de la moda española.
Nadie al verla hoy, con su impecable estilo afrancesado y su melena rubia cuidada con esmero, diría que su carrera como artista comenzó de la mano del más salvaje streetart, pero así es. Después continuó con el graffiti, para llegar finalmente al diseño gráfico y a la moda.
“De la moda me encanta sus cambios constantes, la imprevisibilidad, las infinitas posibilidades y la liberta que te brinda..”
Heart & Company es la marca que ha creado Emilia, “una firma pensada para una chica rebelde y revoltosa, pero que lleva este espíritu escondido dentro, no lo grita a los cuatro vientos en sus vestidos o camisas. Son prendas sencillas pero con carácter propio. Eso es lo que buscamos.”
Observa la moda española con admiración, tanto marcas con historia como las más jóvenes como Bimba&Lola o Masscob, sobre todo por su creatividad y calidad.
Por otro lado, parece ser, que mercado polaco no está tan desarrollado como el nuestro, eso nos explica. “El cliente polaco todavía no es tan consciente como el de España y no tiene tanto dónde elegir. Es ahora cuando en Polonia, comienzan a acostumbrarse a la cultura del lujo y del diseño emergente”.
Hace un tiempo, se resignó y aceptó que el mundo de la moda es ante todo un negocio y que para sumergirse en él, se requiere una intuición comercial y grandes conocimientos para vender.
Tuvo una de esas idílicas infancias, enmarcada en una estampa inmejorable al borde del mar, pasando los días en la playa y en el jardín de su abuelo rodeada de animales. Esos recuerdos la acompañan cada día.
Sus grandes inspiraciones: los marineros, la simplicidad japonesa, las películas de Tarantino, el gran Lynch y la fotografía de Diane Arbus. Pilares de su creación que hablan del buen gusto y de las inimaginables aspiraciones, que está hermosa polaca recién llegada a nuestra tierra, tiene en mente.
Enamorada del arte, acude a él como uno de sus grandes vicios, tanto es así que sentencia que el mejor sitio en el que podría vivir es en el mismísimo Museo del Prado.
No se define, muy cauta y precavida ella, ni como diseñadora, ni como artista. Sólo se observa como una ilusionada optimista, que mira a la vida con pasión. Ahora, no hay más que ver su trabajo y su carrera, para darse cuenta de que talento, derrocha, y arte, tres cuartos de lo mismo.
Tiene un sueño, como muchos, trabajar con Stuart Viviers en Loewe. Apunta alto, pero cuidado, pisa firme y seguro. Grabowska no da puntada sin hilo.