Talent

David Maroto. Fotografía secuencial

Cuarenta años, el pequeño de cinco, madrileño, de pasiones mediterráneas, tranquilo, optimista y fotógrafo.

Fotógrafo multidisciplinar, especializado en el mundo del retrato, la publicidad y los viajes, cabalga desde hace más de cinco años en una profunda investigación, sumergido en las harinas de la fotografía secuencial. Su objetivo es acompasar la evolución del universo de la  imagen, con el tiempo que nos acompaña y su hermana inseparable, la nunca bien ponderada, revolución tecnológica.

Con un pie aquí y otro en Nueva York, sacó adelante una formación y una carrera de éxitos, influenciada por grandes maestros como Duane Michals, Amy Arbus, Eric Weeks, Arlene Collins, Kawa, Alix, Eli Reed, Akerman o Economopoulos, entre otros diestros de la captura fotográfica.

Cuarenta años, el pequeño de cinco, madrileño, de pasiones mediterráneas, tranquilo y optimista. Su mayor predilección, para contradecir lo que seguramente todos pensábamos, no es la fotografía; tampoco es viajar, que es un comodín en estás lides; sino la unión inherente de ambos mundos, con lo que vivir viajando sería sin duda alguna “el plan perfecto”. Y aunque por el momento, éste no es su día a día, define su profesión como un auténtico lujo, en el que sencillamente “le pagan por observar”,  evidentemente, lo que mejor sabe hacer.

Si tiene que quejarse de algo, y hay que decir que le hemos obligado a hacerlo, porque parece que él no es de “esos”, elige como lo más desdeñable, las jornadas de oficina, las eternas reuniones, y esos ratos interminables de presupuestos y we transfers.  Maroto, tiene alma incansable de aventurero, de inquieto trotamundos, de filibustero cargado de cámaras y objetivos. Buscar, investigar, ver y estar preparado una vez encuentre el reflejo de la captura perfecta, esa es la misión.

Un fotógrafo necesita sólo tres cosas: leer, viajar y lo más importante, cuidar la predisposición a ver

Imagina, salivando, un gran proyecto con el que describir la realidad más mundana que nos sucumbe, doce retratos secuenciales de las personas más poderosas de la Tierra, que por supuesto, como ya sospechábamos y él nos confirma, no son políticos, ni banqueros.

La primera piedra a la hora de engendrar su vocación, surgió en una reunión hogareña alrededor de un álbum familiar;  la segunda, seguramente, una tarde en el laboratorio con su cuñado, en la que vio por primera vez cómo se revelaba el papel en la barqueta. Recuerdos inolvidables que levantaron los pilares de una irrefrenable carrera.

Willem Dafoe, Eloy Azorín, Javier Cámara, Marc Clotet, Ana de Armas, y así continúa una larga enumeración de nombres de grandes artistas y personalidades que han pasado por su objetivo.

“Circuito Emocional” elaborado en Times Square, o “Light Stalker” en el Instituto Cervantes de Nueva York, son dos de sus mejores instalaciones multimedia que tanto han dado que hablar.

Forma parte del espacio de trabajo Utopicus, en el que convive alegremente con un inmenso plantel de profesionales. Hoy más que nunca, esta incubadora de grandes talentos, de los que ya hemos hablado en alguna ocasión, se convierte en caldo de cultivo para la creación y la agudeza artística.

En los últimos años ha querido dar un paso más en el lenguaje fotográfico hacia los cambios y las nuevas generaciones tecnológicas que se imponen sin piedad. Para ello está obnubilado  investigando dentro de la nueva narrativa de la imagen. Como nos cuenta, hoy en día, el 75 % de las fotografías se ven desde una pantalla, de ahí, que sea interesante dar un paso adelante y otorgarle movimiento a la fugacidad del instante, transformando a éste, en eterno.

Ideas poéticas que emanan de la creatividad de un hombre inspirado de los pies a la cabeza, inspirado por todo lo que le regala su mirada desde el momento en el que se levanta hasta en el que se acuesta.

Si estás frente a sus ojos, a la altura de su panorámica visión,  puedes ser materia prima del festín, carne de cañón, madera en manos del ebanista.

Salir de la versión móvil