París. Noviembre de 1932. En los salones de su palacete del Faubourg Saint Honoré, Mademoiselle Chanel presenta su primera colección de Alta Joyería. “Bijoux de Diamants” se llama. Un lujoso desafío en plena crisis financiera mundial, “cuando en cada esfera de la vida emerge un deseo instintivo de autenticidad”.
Fascinada por el brillo del diamante, con esta extraordinaria colección Gabrielle Chanel ”trata de conciliar, con el aderezo, la elegancia y la moda”, así lo declara la propia diseñadora. Ochenta años después, audacia y experiencia continúan siendo las máximas en las creaciones de Chanel Joaillerie; desde los primeros bocetos hasta el último detalle del dibujo artístico que se envía a los talleres, la maqueta previa, la fundición y el engaste final, todo el proceso creativo y su elaboración llevan el sello inconfundible de la firma, capaz de convertir cada pieza en una obra de arte.