Shubhankar Ray.
One

Shubhankar Ray

Optimista, fiel a sí mismo y firmemente convencido de que el éxito solo se consigue rompiendo todos los códigos establecidos.

Optimista, fiel a sí mismo y firmemente convencido de que el éxito solo se consigue rompiendo todos los códigos establecidos excepto, por supuesto, los de uno mismo. Le gusta resumir su vida en casualidades ya que, según afirma “casi todo lo mejor de la vida ocurre por accidente”.

Shubhankar Ray nació en Calcuta aunque poco después se trasladaría a Inglaterra con su familia donde, para no romper con la tradición forjada a lo largo de cuatro generaciones, se graduó en Químicas en la Universidad de Manchester.

Apasionado de la música punk rock decidió trabajar como camarero en la famosa discoteca The Hacienda, epicentro de la vida nocturna de los años ochenta. Allí entró en contacto con una cultura que dejaría huella en su trayectoria profesional y también con una generación musical con nombres propios como New Order, Oasis o Happy Mondays. De esa época recuerda “todo el mundo se subía al escenario, por aquel entonces todos queríamos ser músicos y la mayoría de las personas que conocí allí ahora son famosas”.

Por el día trabajaba como científico y fue precisamente en el laboratorio donde se dio cuenta de las grandes similitudes existentes entre la ciencia y el arte, “al igual que en un laboratorio debes mezclar ciertos compuestos para obtener una reacción, en moda debes combinar la imagen con publicidad”. Comenzó a trabajar para agencias de publicidad en Londres y poco después reinventaría el estilo de la marca Levi’s, firma a la que le seguirían otras como Caterpillar, Stride, Camper o Travel Fox.

En G-Star Raw, donde es Director Creativo desde el año 2006, ha conseguido crear un universo cultural alrededor de la marca que combina la arquitectura, el diseño industrial, la música y la fotografía. Él consiguió introducir el tejido denim en la New York Fashion Week, algo impensable hasta entonces, presentó las prendas de G-Star Raw en la Semana del Diseño de Tokio de 2008 en un pabellón realizado en cristal, madera y acero, y colaboró con la ONU en su Campaña Millenium para erradicar la pobreza. Cada acción, cada nueva campaña sorprenden y rompen con el concepto de publicidad artificial que tienen muchas otras marcas.

Si crees que puedes hacerlo, es posible. La mente humana es muy poderosa si piensa que puede ganar”. Y esa es su clave, y la clave del mundo: la pasión. Él mismo confiesa que al principio había gente a la que no le gustaba su trabajo, tardó varios años en forjar su confianza y solo cuando lo consiguió por fin empezó a disfrutar realmente de lo que hacía. Su educación científica ha contribuido a su visión lógica y realista de un sector que en ocasiones no lo es y aún hoy sigue retratando con su cámara a sus amigos, sus ideas y plasmándolas en un cuaderno que enseña con orgullo.