María Irazusta nació con estrella, altas dosis de optimismo y una vitalidad de esa que hace sentir importante a todo aquel que tenga la suerte de pasar por su lado. Su manera de moverse por el mundo, perfeccionista y empáticamente, delata un ADN de periodista, pero no de esos que se definen como apasionados de la comunicación, sino de aquellos otros –los que escasean- que adoran la esencia misma de la profesión: buscar, contar y transmitir la realidad que les rodea.
Gracias a su persistencia y a su constancia ha logrado siempre conciliar su vida personal con la profesional, en la cual su corazón está dividido a partes iguales entre letras y números. Ella misma afirma que la palabra es su pasión y la economía su razón y, probablemente, sea este el equilibrio que la convierte en alguien admirable.
Un sueño
Qué las personas aprendan a disfrutar de lo que tienen y no a lamentarse constantemente de lo que han perdido.
Un placer
Disfruto mucho y sufro poco. Por eso cada día de mi vida está llena de placeres cotidianos: saborear una Coca-Cola Zero, recibir un mensaje en mi móvil de alguien que quiero, oír buena música, el sushi…
Un olor
El embriagador perfume de la Dama de noche de las vacaciones de verano, el olor de mi despacho cuando se mezclan la tinta del papel de los periódicos de la mañana con mi perfume, las ascuas de una chimenea, pero también el olor de Madrid cuando llevo mucho tiempo fuera de mi ciudad.
Un viaje
El que está por llegar. En unos días conoceré Jerusalén y Petra y ya estoy empezando a disfrutarlo. Y, por encima de todo, el recorrido por la Costa Oeste de EE.UU en un Mustang descapotable: la grandiosidad del cañón del colorado, el ambiente kitch de las Vegas, las Harleys de la ruta 66 … sin duda, el mejor viaje de mi vida.
Una cita
Mejor dos, una para la vida y otra más orientada al trabajo. “Para que triunfe el mal solo hace falta que los hombres buenos no hagan nada” de Edmun Burke y “Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo” de Einstein.
Una persona
Mi vida se sustenta en tres patas fundamentales: mi Diosa, mi madre (fallecida hace apenas dos meses, pero que seguirá conmigo siempre), mi Diamante, mi hija, y el amor verdadero de mi vida, mi marido. Ellos son el eje de mi existencia.
Un recuerdo
Con solo 7 años aprendí una lección de mi muñeca andadora, Elián, que guiaría mis pasos toda la vida: mi hermano la colocaba muy próxima a la pared y, cuando llegaba a ella, después de múltiples tropiezos, terminaba por caer. Entonces decidí que yo llegaría hasta la pared pero sin llegar a caer. Por eso nunca emprendo una batalla que sé que está perdida de antemano.
María comenzó como periodista en distintos medios, entre ellos el diario El Mundo, más tarde saltó a la dirección de marketing y comunicación del Grupo Vallehermoso y, hace ya ocho años, decidió iniciar ese proyecto con el que llevaba soñando desde el comienzo de su carrera profesional: Irazusta Comunicación. A su empresa le ha transmitido su pasión, su rigurosidad, su innovación y un modo de trabajar que se basa en “hacer sencillo lo complicado, no simple lo complejo”.