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Clemente Cebrián, fundador de El Ganso

La empresa familiar crece en base a unos valores que se han convertido en su esencia.

"Esfuerzo, ilusión, optimismo, perseverancia y equipo", esas son las cinco claves que han hecho posible El Ganso. Clemente Cebrián, fundador de la compañía, se ha hecho famoso en el mundo de la moda por sus zapatillas pero, lo que algunos no saben, es que su empresa familiar apostó por crecer en base a esos valores. Con el tiempo, se han convertido en los ingredientes básicos para alcanzar el éxito.

Esfuerzo

Cebrián estudió Empresariales en CUNEF y, después de trabajar como pizzero, comenzó su trayectoria profesional en Laes Auditores y en Telefónica Móviles España. Pronto llegó al mundo del emprendimiento, sin saber que conseguiría llevar su marca a diez países entre los que se encuentran Francia, Portugal, Bélgica, Inglaterra, Chile, México, Países Bajos, Italia y Alemania: "Tanto mi hermano Álvaro como yo somos mentes inquietas y nos gusta emprender, por ello, en su momento, quisimos crear una marca que fuera capaz de confeccionar la ropa que habíamos estado buscando durante años pero a un precio razonable".

"Tanto mi hermano Álvaro como yo somos mentes inquietas y nos gusta emprender"

Durante su etapa en la universidad ya empezó la aventura de El Ganso: "Todo comenzó porque Álvaro y yo, durante la carrera, íbamos a Londres a trabajar de camareros, de pizzeros, en hoteles… en todo lo que podíamos para mantenernos e intentar aprender inglés durante el verano. En esos veranos con 18, 19, 20 y 21 años es cuando vimos que realmente había un estilo de ropa a unos precios que en ese momento en España no encontrábamos. Y, justo en ese momento, comenzamos a desarrollar la idea".

Ilusión

El Ganso se creó en Septiembre de 2004 y el 23 de agosto del año 2006 abrieron la primera tienda en Madrid: "Así se inició un largo e increíble recorrido repleto de retos, alegrías, viajes, grandes experiencias y mucho conocimiento". Han pasado algunos años desde entonces y, actualmente, Cebrián se dedica al cien por cien a la marca que construyó desde cero. Su día a día es muy completo, ya que se ocupa de varios departamentos, además de viajar a las tiendas una vez a la semana.

Optimismo

"Desde el principio hemos querido hacer un producto diferenciado a un precio asequible, lo que nos ha permitido llegar a un público realmente amplio", explica Cebrián. Sin duda, estas metas altas de El Ganso han desembocado en una de las fortalezas de la marca: el poder vestir tanto a gente joven como a gente madura.

Por eso, el estilo que ofrecen va desde el preppy americano hasta algo más alternativo, como es el estilo berlinés, pasando por un toque de elegancia inglesa: "El Ganso sabe adaptarse a los tiempos en los que vivimos. Nos gusta inspirar actitudes canallas, destacar el estilo personal de cada uno por encima de las tendencias y crecer siendo siempre fieles a nuestros orígenes y a la filosofía Made in Europe".

Perseverancia

Muestra de su inquietud y de su trabajo diario por sacar la marca adelante es la historia que hay detrás de sus zapatillas: "En un viaje a Budapest con mi mujer, paseando por la calle, descubrimos una tienda con unas zapatillas muy chulas. Al entrar, la dueña nos explicó que esas zapatillas se basan en las utilizadas por el ejército checoslovaco durante la II Guerra Mundial y que Jeremy Stanford, quien las recuperó, estaba de visita en la ciudad".

"Así se inició un largo e increíble recorrido repleto de retos"

Sin saber si fue la suerte o el destino, Cebrián consiguió reunirse con Jeremy e intentó convencerle para lanzar una producción juntos: "Primero dijo que no, pero al final conseguimos unas muestras y hacer un encargo de 900 pares". Desde su lanzamiento, las zapatillas empezaron a tener un crecimiento muy importante gracias al boca a boca y a día de hoy es uno de los productos estrella de El Ganso.

Equipo

"Tanto Álvaro como yo creemos que las personas que trabajan en nuestra empresa son fundamentales pues ellos son, finalmente, los embajadores de El Ganso en todo el mundo", asegura Cebrián. Construir una marca así implica conocer el entorno, controlar los márgenes, cuidar la presentación de los artículos y los pequeños detalles… Una larga lista de tareas que requiere de un buen equipo.

Mientras Clemente intenta ver a los responsables de todos los departamentos casi diariamente, su hermano Álvaro es quien se encarga de elegir la decoración y todos los detalles que componen el "mundo ganso" en las tiendas: "Las tiendas de El Ganso están diseñadas para ofrecer al consumidor un espacio acogedor y abierto, similar al apartamento de un joven cercano a la treintena. Este ambiente se complementa con pósteres antiguos, máquinas de escribir vintage y hasta muebles traídos de mercados como el rastro de Madrid o el Marché aux Puces de París".

"Las tiendas de El Ganso están diseñadas para ofrecer al consumidor un espacio acogedor y abierto"

El Ganso es la suma de valores y personas que trabajan día a día por abrir las tiendas que tienen en cada ciudad. Una idea ha conseguido convertirse en un imperio que aún sigue en crecimiento. ¿Cuál es su secreto? Cebrián lo desvela: "Creo que lo importante es actuar, crear, innovar, aprender siempre de los errores, pensar en global y apoyarse en un equipo sólido".