Con el paso de los años, Bob Mould se ha convertido en un héroe para los amantes de la buena música, aquella que une en sólo un acorde melodía, fuerza, electricidad, dramatismo, intensidad y carácter. Nacido en 1960 en Malone, Nueva York, Bob Mould es en estos momentos una de las figuras más influyentes del indie rock gracias a la coherencia y al brillo de su carrera, la cual ha ido desarrollando desde 1979, cuando empezó como una brutal explosión con Hüsker Dü, banda absolutamente seminal, después con el deslumbrante grupo Sugar y luego, durante veinte años, en solitario.
En marzo de este año Bob Mould publicó su decimosegundo álbum en solitario, “Patch The Sky”, el cual acaba de presentar en nuestro país en el festival Primaver Sound. En un entorno muy cuidado, como es el que proponía el Heineken Hidden Stage, un lugar en el que la popular cerveza holandesa invitaba al público a disfrutar al máximo de la música en vivo, abriendo un espacio para nuevos estilos y grupos, más allá de lo que cada uno ya conoce, recuperando clásicos, formaciones que no tocaban desde hacía décadas, como Lush, o para ver a artistas de culto en formatos diferentes, Bob Mould se subió al escenario, él solo, con su guitarra , su descomunal personalidad musical, su distorsión y su genio, y desgranó unas cuantas canciones de este último LP. Fue uno de los grandes momentos del festival. El escenario denominado HIDDEN STAGE es parte de la campaña HEINEKEN LIVE YOUR MUSIC, una estrategia que la famosa marca de cerveza lleva a cabo en todos los festivales en los que participa, como el Primavera Sound, el BBK Live o el Jazaaldía, a través de la cual acerca la música al público de forma exclusiva e innovadora convirtiéndola en una experiencia inolvidable.
En vivo Bob Mould es un torbellino, un huracán de melodía y distorsión. Mano de hierro en guante de seda ¿o tal vez sea mano de seda en guante de hierro? Está radiante, con un magnífico aspecto, sereno y jovial. Acaba de salir de una muy mala racha como él mismo nos cuenta. “Tras la publicación de “Silver Age” (2012), murió mi padre, lo que tuvo un fuerte impacto en el siguiente álbum, “Beauty & Ruin” (2014), y en la gira de este disco también falleció mi madre. Estas dos pérdidas influyeron mucho en el proceso de creación y construcción del último LP, “Patch The Sky”. Además también han desaparecido o enfermado algunos buenos amigos, lo que de alguna forma también me han marcado”. No ha sido fácil, reconoce, atravesar este periodo, “quizás todo esto sea simplemente reflejo de la vejez”. Muchos de sus sentimientos y de su dolor están presentes en el último álbum. “La música pop es un reflejo de lo que vives y al tener una cierta edad y una larga trayectoria musical, el paso del tiempo empieza a estar marcado por una serie de hechos más tristes, aunque naturales, pero que no suelen ser los habituales en la música”.
Dejé que la música fluyera y actuó como la mejor terapia.
El propio título del disco, “Patch The Sky”, es una declaración de intenciones de Bob Mould para afrontar el futuro. Está bien creer que los seres queridos que nos abandonan ocupan un lugar en el cielo, entre las estrellas, pero no puedes quedarte allí, mirando. Hay que seguir. “Después de afrontar todas esas tristes pérdidas, era un hecho que las tenía que asumir. No podía actuar de otra manera. Al preparar el disco pensé que un sonido más fuerte, un ritmo más rápido, tal vez más punk, podría encajar mejor con el sentimiento que tenía en ese momento, pero luego vi que no era lo más natural para compartir mi dolor con el público. Entonces dejé que la música fluyera y actuó como la mejor terapia, y surgieron las historias, mis vivencias personales, mis sentimientos, mi visión particular sobre lo que me rodea... Han pasado cosas muy tristes y quiero dar un paso hacia delante pero no lo planteo de forma premeditada, sino como algo natural”
Durante los tres cuartos de hora que Bob Mould ocupó con un halo de gloria y leyenda el Heineken Hidden Stage, el público allí presente pudo vivir la música al máximo y como no se había hecho antes, y también demostrar su veneración por un guitarrista, cantante y compositor que ya forma parte de la historia de la música, pero que quiere seguir avanzando y profundizando su propia huella. “Considero que estoy en un momento único. Tengo una carrera muy larga y productiva y tengo la suerte de tener fans por todo el mundo y que me acompañan y apoyan en todos mis proyectos y sí, efectivamente, he colaborado con muchas bandas, he tenido muchas etapas y he tocado varios estilos y me he ido reinventando poco a poco. Pero en los últimos cinco años, en los que he publicado estos tres álbumes y en los que he trabajado con los mismos músicos, siento que es algo realmente único y muy especial. Me veo muy cómodo y hay una muy buena relación con los discos del pasado y con el pasado en general y no hay nada de nostalgia ni de revival triste, con la suerte añadida de que ese momento personal bueno que estoy viviendo con mi banda, que es igual al que estoy teniendo con el público. Así que estoy muy cómodo actualmente viendo como algo con lo que yo realmente disfruto está teniendo muy buena recepción entre la audiencia. Por eso quiero alargarlo lo más posible.”
Tras su visita a Barcelona, Bob Mould pasará el verano en Berlín y tiene previsto reanudar la gira del último disco en otoño. Después, “tras las lluvias” como dice con una amplia sonrisa, el músico empezará a trabajar en el siguiente capítulo de su brillante legado musical. Heineken le brindó la oportunidad de tocar en un momento y en un lugar especial y el público la aprovechó, la vivió y la disfrutó.
“Voices In My Head” es la canción que abre su último disco “Patch The Sky”, publicado por Merge Records.
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