Llegó a nuestras vidas en agosto de 2010 poniendo rostro, uno amable, a los controladores aéreos. Media España se apiadaba de él y la otra no. Pero él no perdió el control (nunca mejor dicho...) y capeó el temporal, saliendo airoso de una situación que habría acabado haciendo trizas a cualquier otro. En las distancias cortas es encantador y cordial, suave, elegante, educadísimo y cercano, muy divertido... Él encuentra que nuestro Loff.it es exquisito y nosotros, en Loff.it, le encontramos exquisito a él.
Un sueño
Ser capaz de reinventarme en la vida, vivir varias vidas dentro de una, romper las rutinas y la monotonía. Escribir y ser capaz de emocionar a través de las palabras.
Un sabor
El sabor del chocolate, mejor negro que con leche y también un sabor de la tierra de mi madre, la empanada de zorza, un indeleble recuerdo de infancia.
Un placer
La brisa del viento a bordo de un barco un día soleado, conversar con una de esas personas que te atrapan con un discurso certero, elegante y que lleno de humor y contenido.
Una persona
Todas y ninguna, la mejor para cada momento y situación, lo importante es estar abierto y ser receptivo a toda la gente que nos vamos cruzando en el camino.
Una cita
Una cita con los personajes históricos que admiro o que despiertan mi interés y que no pude conocer más que a través de los libros. No hay días en el calendario.
Un olor
El olor de la tierra mojada paseando en el campo y el del café, bebida que no frecuento.
Un viaje
Dar la vuelta al mundo, con uno de esos billetes que permiten múltiples paradas, sin prisas, disfrutando de una temporada sabática.
Un capricho
Soy poco caprichoso pero el que más me gustaría a día de hoy sería pedir una excedencia laboral y dedicarme a mil proyectos que me rondan la cabeza.
Un recuerdo
Muchos entremezclados, de todo tipo, color y textura, especialmente la última vez que vi con vida a mi padre, quedaron muchas cosas por decir, es una lección aprendida.
Una debilidad
Comprar más libros de los que luego soy capaz de leer y los gatos, tendría uno de casi todas las razas, una excentricidad felina.
Alejado del vendaval mediático de sus primeros días de fama, y aunque su fuerte vocación de comunicador no le alejará nunca de los focos (al tiempo), este madrileño de trentaytantos recuperó el control y hoy lleva una vida envidiable: trabaja lo justo y se escapa de Madrid en cuanto puede a perderse en su refugio a las afueras. Y cuando le vemos así, tranquilo, relajado, feliz, pleno, se nos ocurre pensar que de mayor queremos ser César Cabo.
Puedes seguirle en su twitter @Cesar_Cabo o en "plan de vuelo" su blog.