Carlo Giordanetti, Director Creativo de Swatch es ante todo, italiano, del Piamonte. Pero también a su manera un trotamundos. Lo cierto es que no para y tampoco tiene intención de hacerlo, él es así, ciudadano del mundo. Se siente afortunado por haber trabajado para grandes marcas y por el éxito cosechado con sus proyectos pero da protagonismo a las personas que han formado parte de sus equipos "El éxito viene gracias a la gente con la que tienes la suerte de trabajar. A veces uno inspira a los demás y otras aprendes y transformas".
Su gran talento es poder trabajar bien con los artistas y es a ellos, a quiénes más respeta. Ha dedicado su vida a crear y a innovar y opina que no hay ningún secreto para conseguir el éxito, solo pasión. Cuando emprende un nuevo proyecto, muere por ese proyecto. Estas palabras le definen muy bien. Devora actualidad, dice que incluso siente placer físico leyendo la prensa y más de sesenta revistas mensuales, que es lo que más le gusta hacer. Y cree que de todo lo que lee, y de todo lo que ve, siempre hay algo que le cautiva, algo que suele ser el punto de partida para una nueva idea.
Para poder triunfar en su profesión lo importante para él es estar abierto a todo, creer en lo que se siente y tener sentido del humor "Para mi es fundamental, si no tienes sentido del humor no puedes disfrutar de lo que haces, yo siempre me tomo las cosas en serio como máximo al 99 % nunca al 100%".
La compañia engloba muchas marca, el proceso creativo es largo cuando se trata de innovar en relojería, intervienen ingenieros, técnicos, diseñadores y dirección. Los proyectos pueden llevar hasta dos y tres años de trabajo. Para las colecciones de Swatch en cambio, el equipo es más pequeño, es más entre diseñadores y marketing. Se trabaja mucho para presentar muchas opciones, se opina, hay libertad de elección, pero siempre en función de lo que sea más importante para la compañia. Esa es la labor del equipo creativo, dirigir las decisiones. "Tenemos que ir siempre un año por delante es una gran responsabilidad y eso es lo que hace este tipo de trabajo tan interesante, porque pone tu cabeza bajo una guillotina cada tres meses".
Se considera más bien clásico en su gusto personal pero con una mente libre y salvaje. Su paraíso es el Mar Mediterráneo, todos sus rincones y la música, la opera, especialmente las obras de Giuseppe Verdi. Amante del arte, su mayor fuente de inspiración, patrocina con su empresa proyectos filantrópicos como el Swatch Art Peace Hotel en Shanghai donde los artistas, se benefician de su visión y de su generosidad, y son libres para expresarse sin ninguna obligación comercial futura. Pero la creatividad de Carlo le ha llevado a colaborar por primera vez con uno de los pintores que conoció en Shanghai. Le impresionó tanto su trabajo, su filosofía y lo que estaba tratando de hacer, que volvió de allí, pensando en ello y decidió probar. José Carlos Casado es el primer pintor del Art Peace Hotel que lleva su arte a un producto Swatch.
De lo que más orgulloso se siente a nivel profesional es de sus proyectos con Swatch y en especial de la creación en Nueva York del Laboratorio Creativo, fue para él una época increíble para la marca. Para Carlo, un reloj Swatch, no es un reloj "Es una manera de expresar tu personalidad y tus sentimientos, es un objeto espiritual de luz, que te lo tienes que tomar con mucho sentido del humor". Y además opina que los relojes Swatch son un pequeño milagro porque están hechos de una forma muy creativa en un país, Suiza, que no es muy creativo en sí mismo.
¿Qué le queda por hacer a Carlo Giordanetti? "Creo que conocer a la reina de Inglaterra, soy un absoluto fan, también poder desarrollar un proyecto de arte con David Hockney y algo que nunca ocurrirá, poder comprar una pintura de Mark Rothko".