Con su segundo álbum, Unorthodox Jukebox, Bruno Mars consiguió el nada desdeñable hito de ser el mejor debut en Reino Unido para un artista solista de 2012. Fueron algo más de 136.000 copias las que logró vender en una semana gracias al toque a lo The Police de su tema de presentación, Locked Out Of Heaven. Una acogida muy buena que disipó temores tras un gran primer disco.
Quién le iba a decir a este músico nacido en Honolulu que su vida iba a cambiar tanto una vez que decidiera abandonar Hawaii para intentar triunfar en el mundo de la música. No sólo vende discos como rosquillas, sino que también se ha convertido en todo un icono de moda, con apariciones y editoriales en las principales revistas masculinas. Y lo hace sin abandonar los pies de la tierra. "No me he convertido en el típico artista que va a fiestas o grandes encuentros. Me basta una cama y un televisor. Es mi idea de sentirme en casa", declaró.
Acompañado desde hace unos meses de Geronimo, su rottweiler -"Mi sueño era tener un perro. Quería uno bien grande"-, se sigue acordando de sus años como artista en bares. "Tocábamos versiones de Nirvana, por ejemplo, y aun lo hago. En mis conciertos no es raro que suene algo de ellos, de White Stripes o incluso Michael Jackson".
Su triunfo es rotundo allá donde va. En España, agotó las entradas el pasado mayo tanto en su concierto en Madrid como en el que dio días después en Badalona. Su disco es Oro en nuestro país y el single de presentación, número 1 nueve semanas consecutivas. ¿A alguien le extraña que tenga un Grammy, un American Music Award, tres MTV Awards y un Brit Award, entre otros premios?