Aunque no se tiene constancia del día de su nacimiento en Stratford-upon-Avon, Inglaterra, tradicionalmente el cumpleaños de William Shakespeare se festeja el 23 de abril, tal vez para encontrar algún designio fatal en la fecha, ya que murió a los cincuenta y dos años, en ese mismo día.
Tiempo atrás, hacia finales de la década de 1580, había llegado a Londres un joven provinciano sin historia, sin educación universitaria, sin fortuna personal y sin contactos familiares. Un verdadero donnadie que en apenas unos pocos años se convirtió en el mayor dramaturgo no tan solo de su época, sino de todos los tiempos.
Comenzó escribiendo obras relacionadas con la historia inglesa, Ricardo II y Enrique VIII entre ellas. Pero su período más esplendoroso, la época en la que llegó a hacer llorar y reír por igual a ricos y pobres, a individuos cultos y analfabetos, hombres y mujeres, al sofisticado público urbano y las gentes de provincias, nobles y plebeyos llegó con la escritura de sus comedias y tragedias, como La fierecilla domada, El sueño de una noche de verano, El mercader de Venecia, Mucho ruido y pocas nueces, Romeo y Julieta, Julio César, Hamlet, Otelo, El rey Lear, Macbeth...
Y un largo etcétera en donde despliega con talento magistral los infinitos recursos del lenguaje, y los valores y las emociones, como la duda, la pasión, los celos, la ambición, el amor o el poder. Obras magistrales en las que en un momento dado parece haber estudiado teología, y en otro derecho, y en otro historia antigua, y tiene al mismo tiempo la virtud de imitar los acentos de los pueblerinos y de deleitar con cuentos de viejas.
Al final de su vida, cuando aquel provinciano ya era William Shakespeare, el bardo de Avon, la Estrella de los poetas y la Maravilla del teatro, los ingleses habían conseguido deshacerse del complejo de usar una lengua limitada en relación al latín y a otras lenguas europeas. Tenía dinero suficiente para adquirir una de las mejores casas de Stratford, y regresó a morir. Por esas fechas murió también nuestro Cervantes, sin haber oído ninguno de los dos hablar del otro.
Algunas de sus frases célebres
- 1
"El tiempo es muy lento para los que esperan, muy rápido para los que temen, muy largo para los que sufren, muy corto para los que gozan; pero para quienes aman, el tiempo es eternidad."
- 2
"Los amigos que tienes y cuya amistad ya has puesto a prueba, engánchalos a tu alma con ganchos de acero."
- 3
"Ama a todos, confía en pocos, no hagas daño a ninguno."
- 4
"El mismo diablo citará las sagradas escrituras si viene bien a sus propósitos."
- 5
"El amor no mira con los ojos, sino con el alma."
- 6
"Mira que a veces el demonio nos engaña con la verdad, y nos trae la perdición envuelta en dones que parecen inocentes."
- 7
"Un hombre que no se alimenta de sus sueños envejece pronto."
- 8
"Los cobardes mueren muchas veces antes de su verdadera muerte; los valientes prueban la muerte sólo una vez."
- 9
"No hay quien sea enteramente inaccesible a la adulación, porque el hombre mismo que manifieste aborrecerla, en alabándole de esto es adulado con placer suyo."
- 10
"No temáis a la grandeza; algunos nacen grandes, algunos logran grandeza, a algunos la grandeza les es impuesta y a otros la grandeza les queda grande."
- 11
"Antes que nada ser verídico para contigo mismo. Y así, tan cierto como que la noche sigue al día, hallarás que no puedes mentir a nadie."
- 12
"En nuestros locos intentos, renunciamos a lo que somos por lo que esperamos ser."