William Burroughs fue, aparentemente, algo así como un rebelde sin causa aunque, a poco que indagamos sobre su vida, descubrimos que nunca falta una motivación para una locura ni una causa para rebelarse; nació en un familia acomodada porque su abuelo inventó una calculadora y su comercialización les reportaba importantes beneficios, de hecho la empresa existió bajo la deonominación Burroughs hasta que se integró en Unysis.
Era homosexual, algo de lo que fue consciente desde niño pero, como no soplaban buenos vientos para su inclinación sexual, llegó a casarse e incluso fue padre, cosa que no le impidió vivir su homosexualidad de modo pleno (sí, tuvo amantes). Se licenció en Harvard en el 36, mientras en España estallaba la Guerra Civil y en Europa se fraguaba lentamente la II Guerra Mundial.
Tras licenciarse en literatura inglesa en Harvard, completó sus estudios en medicina y antropología en Viena y Harvard respectivamente, se mantenía con diferentes trabajos, la literatura no era entonces su medio de vida. Fue en la década de los 40 cuando empezó a experimentar con las drogas y la literatura, también fue cuando conoció a Keruac y se fraguó lo que dio en llamarse Generación Beat, un apelativo que Burroughs detestaba porque lo cierto es que su vida y con ella su carrera profesional fue tan longeva que le dio para ser mucho más que una figura destacada de la Generación Beat.
Si las drogas fueron sus compañeras durante gran parte de su vida, los viajes fueron también importantes, huyó de Estados Unidos y también de México, vivió en diferentes lugares de Sudamérica y cruzó el Atlántico para instalarse en Marruecos, lugar en el que conseguir morfina, una droga de la que era adicto, era sencillo.
Su rebeldía y su disgusto con el mundo lo llevaron a experimentar con las drogas y hacer así de las locuras parte de su vida; la más desquiciante y terrible de todas la cometió cuando unió en una aventura a su mujer, su pasión por las armas y las drogas: mató accidentalmente a su mujer marando un punto de inflexión en su vida, hubo un William Burroughs antes de este triste acontecimiento y otro después, algo que él mismo reconoció en su obra porque, siendo como era casi siempre de carácter autobiográfico, resultaba innegable.
Tras varios intentos, alguno de ellos acometido en compañeía de Keruac, publica su primera novela en 1953 pero no sería hasta 1959, ya desde Tánger, cuando publicaría la primera de las obras desu mítica trilogía: El almuerzo desnudo (1959), The Soft Machine (1961) y Nova Express (1964).
Las drogas, el sexo y la crítica a veces traicionera a una sociedad que detestaba, la americana, lo convirtieron en una especie de profeta de la contracultura, un rebelde con su propia causa que recortaba y reordenaba sus textos de modo que al final pareciera que no era él quien hablaba en su obra sino la obra misma quien hablaba de él.
Algunas de sus frases célebres
- 1
"El lenguaje es un virus."
- 2
"Nada es verdad, todo está permitido."
- 3
"Después de echar un vistazo a este planeta, un visitante de otro mundo diría, quiero ver al manager."
- 4
"Quizás todo tipo de placer es solamente un sustituto."
- 5
"La única ética posible es hacer lo que uno quiere hacer."
- 6
"La desesperación es la base del cambio drástico."
- 7
"Un hombre no puede tener peor destino que estar rodeado de almas traidoras."
- 8
"Los artistas son los verdaderos arquitectos del cambio y no los políticos que aplican el cambio después de que suceda."
- 9
"No estabas allí al principio. Tampoco estabas allí al final... Tu conocimiento de lo que está pasando sólo puede ser superficial y relativo."
- 10
"El comerciante no vende su producto al consumidor, vende el consumidor a su producto, degrada y simplifica al cliente."
- 11
"El sueño americano es un intento de borrar el sueño de la existencia. Los sueños ocurren espontáneamente y, por tanto, son peligrosos para un sistema creado por la ausencia de soñadores. "