Vicente Aleixandre y Merlo nació el 26 de abril de 1898, el mismo año en que nacieron Federico García Lorca y Dámaso Alonso, otros dos grandes poetas de su generación, la llamada Generación del 27. Nació en Sevilla, en el Palacio Yanduri de la Puerta de Jerez, donde entonces se hallaba instalada la Intendencia Militar, donde su abuelo ejercía de intendente jefe y su padre se encontraba destinado como ingeniero en la Compañía de Ferrocarriles Andaluces.
Sin embargo, sus primeros recuerdos no son sevillanos, sino malagueños, pues no había cumplido dos años cuando su padre fue destinado a Málaga. Durante su estancia, los Aleixandre veraneaban en Pedregalejo, pueblo pescador ahora unido a la ciudad. Fue el mar del paraíso–como mástarde llamaría el poeta al azul mar de Málaga— el primero que pudo contemplar de niño. En Málaga tendría de compañero de estudios a otro gran poeta de su generación, el malagueño Emilio Prados.
Desde 1909 vivió en Madrid, su lugar habitual de residencia, donde estudió Derecho y Comercio, y conoció a Dámaso Alonso, Federico García Lorca, Luis Cernuda o a Juan Ramón Jiménez. El joven Aleixandre leía obras clásicas y románticas, la Ilíada, los dramas de Schiller, las folletines de Fernández y González, las novelas de Sherlock Holmes escritas por Conan Doyle, pero, sobre todo, Galdós y los autores del Siglo de Oro y la Generación del 98, lecturas que fueron preparando el terreno para el descubrimiento del poeta Rubén Darío.
Sin embargo, como otros muchos estudiantes, a la poesía la había aborrecido por la artificiosidad de la que había tenido que leer por obligación en sus años de bachillerato. Fue una grave dolencia que traería como consecuencia la extirpación de un riñón lo que le forzó a llevar una vida de reposo y cuidados que terminó por favorecer su completa dedicación a la poesía. Del placer de leer pasó al escribir como auténtica necesidad. En agosto de 1926 aparecieron sus primeros poemas en la Revista de Occidente, y dos años después publicó su primer libro, Ámbito.
Su lenguaje poético se caracteriza por su riqueza verbal, que se manifiesta a través de grandiosas metáforas que hacen de él uno de los maestros de la poesía contemporánea. Con La destrucción o el amor, posiblemente el mejor libro de toda la poesía surrealista, obtuvo el Premio Nacional de Literatura de 1933. Después de la Guerra Civil fue elegido miembro de la Real Academia Española, y desde entonces se convierte en maestro y protector de muchos jóvenes poetas españoles con los que comparte tertulias literarias. Con la obra Poemas de la consumación logró el Premio Nacional de la Crítica de 1968. En 1977 recibió el Premio Nobel de Literatura.
Algunas de sus frases célebres
- 1
"Ser leal a sí mismo es el único modo de llegar a ser leal a los demás."
- 2
"La poesía tiene que ser humana, si no es humana, no es poesía."
- 3
"Existir es vivir con ciencia a ciegas."
- 4
"La poesía es una sucesión de preguntas que plantea constantemente el poeta."
- 5
"La poesía es comunicación, algo que sirve para hablar con los demás hombres."
- 6
"Unas pocas palabras, mientras alguien callase, las del viento en las hojas, mientras beso tus labios."
- 7
"Quiero amor o la muerte, quiero morir del todo, quiero ser tú, tu sangre, esa larva rugiente que regando encerrada bellos miembros extremos siente así los hermosos límites de la vida."
- 8
"Cuerpo feliz que fluye entre mis manos, rostro amado donde contemplo el mundo, donde graciosos pájaros se copian fugitivos, volando a la región donde nada se olvida."