Militar y político, por ese orden, Grant ha pasado a la historia como el artífice de la victoria del norte -los unionistas- frente al sur -los estados esclavistas- en la guerra civil estadounidense y como el 18º presidente de Estados Unidos.
No fue un alumno brillante, ni tan siquiera destacó entre sus compañeros de promoción ya en plena carrera militar, en sus primeros años tampoco destacó especialmente en el desempeño de su cargo y vivió además tiempos difíciles porque, por traslados profesionales, tuvo que separarse de su familia -se casó en el 48 y tuvo 4 hijos- y, aunque intentó iniciar algunos negocios para completar su sueldo y reunir así de nuevo a la familia, tuvo poco éxito y nunca lo logró.
Finalmente, cansado de aquella vida, deja la carrera militar y se traslada con su mujer y sus hijos a una granja que les había cedido el padre de ella pero el asunto tampoco acaba de salir bien, la granja es deficitaria y Grant busca nuevas vías de negocio con su padre y su hermano; por aquel entonces se gestaba la que sería la guerra civil estadounidense.
Fue precisamente esa guerra y su actitud arrojada y de hábil estratega en esa guerra la que devolvió a Grant a una carrera militar que ahora sí sería exitosa; fue ascendido a general al conseguir la primera victoria para el ejército unionista y acabó la contienda ganándola y convertido en el Comandante en Jefe de los unionistas. Después de su éxito fue nombrado secretario de Guerra en la Administración del presidente Johnson.
Las discrepancias con Johnson en cuanto a temas militares hicieron que Grant acabara dimitiendo del cargo y se acercara al partido republicano cuyas primarias ganaría para acabar convirtiéndose en el 18º presidente de EE UU y pasando a la historia no sólo como el máximo responsable de la victoria unionista sino como un presidente que, en lo social, fue un convencido defensor de los derechos civiles mientras en lo económico optó por medidas proteccionistas que chocaban con los ideales libertarios.
Renovó su mandado y cumplió dos legislaturas en el poder, la primera lo llevó a la segunda y en ésta los casos de corrupción, que llegaban a implicar a miembros de su familia, acabaron con su popularidad.
Una vez retirado de la política, dio la vuelta al mundo con su mujer, dicen que con el ánimo de que fuese un viaje privado pero, dada la relevancia del personaje, le resultó imposible obviar las diferentes invitaciones que recibía allá por donde pasaba.
Su elevado tren de vida lo llevó a la ruina, una ruina de la que salió gracias a la publicación de sus memorias que son, dicen, las mejores escritas nunca antes por un comandante norteamericano.
Algunas de sus frases célebres
- 1
"Mis fracasos han sido errores de criterio, no de intención."
My failures have been errors in judgment, not of intent.
- 2
"El trabajo no deshonra a ningún hombre; desafortunadamente, en ocasiones encuentras hombres que deshonran el trabajo."
Labor disgraces no man; unfortunately, you occasionally find men who disgrace labor.
- 3
"Las naciones, como los individuos, son castigadas por sus transgresiones."
Nations, like individuals, are punished for their transgressions.
- 4
"El arte de la guerra es bastante simple. Descubre donde está tu enemigo. Llega a él tan pronto como puedas. Golpéalo tan fuerte como puedas y continúa moviéndote."
The art of war is simple enough. Find out where your enemy is. Get at him as soon as you can. Strike him as hard as you can, and keep moving on.
- 5
"Nunca he defendido la guerra salvo como un medio para la paz."
I have never advocated war except as a means of peace.
- 6
"Tengamos paz."
Let us have peace.