Judt nació en el seno de una familia judía pequeñoburguesa del Reino Unido. Al igual que muchos otros padres judíos de la posguerra, los de Tony Judt lo enviaron a una escuela yiddish, experiencia que algo tendría que ver con su decisión de pasar, tras haber ganado una posición en el King's College de Cambridge en 1966, una larga temporada en un kibutz en Israel. Su vida en la granja colectiva le marcaría como sionista de izquierdas durante algunos años, llegando a servir como conductor voluntario en la Guerra que enfrentó a Israel con la coalición de países árabes en 1967, llamada de los Seis Días. Pero aquel ardor de juventud le duró poco tiempo pues sus posturas de radical de izquierdas pronto se movieron hacia la socialdemocracia, comenzando a criticar en sus textos la supremacía mundial de los Estados Unidos y el peso del poder que el lobby judío detenta en las instituciones norteamericanas.
Su carrera como historiador alcanzó la fama con la publicación, en 2005, de un voluminoso libro que lo convirtió en un autor reconocido por un amplio público. Posguerra: una historia de Europa desde 1945, es una crónica monumental de casi 800 páginas sobre el continente europeo en los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial y de cómo ese continente materialmente dividido y en ruinas logró convertirse, a través de la cooperación, el pacifismo y el multilateralismo, en la región más estable y próspera del mundo. Traducido a varias lenguas, Posguerra fue un éxito de ventas con el que Judt llegó a ser finalista del prestigioso Premio Pulitzer en 2006 y ganador del Libro Europeo dos años después. Hasta ese momento Judt era un autor conocido casi en exclusiva en el campo de los estudios de la historia de Francia desde su puesto en las Universidades de Cambridge, Berkley y Oxford, antes de llegar a la Universidad de Nueva York en 1987.
Desde esa institución ayudó a fundar el Instituto Remarque, desde donde investigaba y enseñaba historia reciente de Europa. También con sus escritos en la revista New York Review of Books, tribuna desde la que llegó a proclamar que Israel era un anacronismo, Judt comenzó a hacerse un hueco como belicoso comentarista en los asuntos relativos a la política exterior de los Estados Unidos y de Israel. Su crítica polémica e implacable al modus operandi del estado de Israel culminó con el veto de una conferencia que iba a impartir, en octubre de 2006, en el consulado de Polonia en Nueva York y el posterior affaire Judt, cuando prestigiosos académicos salieron en defensa del derecho de Judt a ejercer la crítica sobre Israel con independencia de cuales fueran sus opiniones.
Algunas de sus frases célebres
- 1
"Lo único peor que demasiado gobierno es demasiado poco."
- 2
"Si los ciudadanos activos o preocupados renuncian a la política, están abandonando su sociedad a sus funcionarios más mediocres y venales."
- 3
"Hay algo profundamente erróneo en la forma en que vivimos hoy. Sabemos qué cuestan las cosas, pero no tenemos idea de lo que valen."
- 4
"El estilo materialista y egoísta de la vida contemporánea no es inherente a la condición humana. Gran parte de lo que hoy nos parece natural data de la década de 1980."
- 5
"Siempre será más barato mejorar las condiciones de los pobres para que puedan consumir más, que bajar el precio de las cosas para que las puedan consumir los pobres."
- 6
"Por muy egoístas que seamos, todos necesitamos servicios cuyos costes compartamos con nuestros conciudadanos."
- 7
"No importa lo rico que sea un país, sino lo desigual que sea."
- 8
"La falta de confianza es claramente incompatible con el buen funcionamiento de una sociedad."