Takashi Murakami realizó sus estudios en la Universidad Nacional de Bellas Artes y Música de Tokio, una de las universidades de mayor prestigio para el estudio de las Bellas Artes en Japón. En esa universidad realizó sus estudios de licenciatura, master y doctorado en la especialidad de nihonga, pintura tradicional japonesa de marcado carácter tradicional nacida a finales del siglo XIX como contraposición al proceso de modernización del país. Sin embargo, tras doctorarse decidió abandonar la práctica de nihonga para inclinarse hacia un arte de corte más vanguardista.
Al igual que muchos de sus compañeros Murakami estaba muy decepcionado con la formación que estaba recibiendo, que le parecía anticuada y poco estimulante. Ante la ausencia de un discurso claro, muchos buscaron inspiración en la cultura popular japonesa, la cultura del manga, uno de los elementos pictóricos que contrarrestan ese elemento foráneo que inundó el arte y la cultura japonesa con la llegada de los occidentales.
En sus primeras obras hacía uso de productos de consumo para desmitificarlos a través de una modificación cargada de sarcasmo y de crítica a la sociedad japonesa contemporánea y su relación de dependencia con los Estados Unidos y explora en dos conceptos, otaku (marcadamente masculino) y kawaii (la monería), conceptos nacidos, según Murakami, del trauma experimentado por la sociedad japonesa tras las desastrosas consecuencias de la Segunda Guerra Mundial y la subsiguiente infantilización producida por la ocupación e imposición cultural norteamericana.
En el año 2000, tras esta exploración inicial de la cultura contemporánea japonesa, Murakami definió el movimiento Superflat, una teoría que dio lugar a un manifiesto y a una famosa exposición que podría resumirse como una mezcla de influencias pop, de estética manga o anime y de técnicas pictóricas heredadas del arte clásico japonés. Su explicación, según Murakami: la tendencia a la bidimensionalidad en Japón. Esta tendencia a lo bidimensional no es nueva, sino que se remontaba a períodos anteriores de la historia de Japón.
A principios del siglo XXI, Murakami veía claramente reflejada esta sensibilidad en el mundo de los videojuegos y el anime. Teoría que le ha permitido, al frente de una exitosa multinacional, Kaikai Kiki Co., diseñar bolsos para Louis Vuitton, vender pendientes, llaveros o figuritas de sus obras, organizar festivales, apoyar a jóvenes artistas o exponer en el Castillo de Versalles o en Doha. Y es que Takashi Murakami es uno de esos artistas que han entendido que el arte contemporáneo se mueve en ese extraño lugar en el que se cruzan el mercado de valores, la sociedad del espectáculo y la creatividad desinhibida. Eso, ya, en sí, es todo un arte.
Algunas de sus frases célebres
- 1
"El arte contemporáneo en Japón es como el fútbol americano en Europa, a nadie le interesa."
- 2
"Hemos tomado la mayor tragedia de nuestra historia y la hemos convertido en un chiste."
- 3
"Me pego un subidón viendo muchos colores resplandecientes. Como no bebo y no me drogo, no puedo conseguir mis trips de otra forma. En lugar de eso, los consigo a través de mi trabajo."
- 4
"El juego del arte sigue esencialmente en manos de Occidente."
- 5
"Lo que he hecho hasta ahora ha sido ganarme la vida. He sido muy estratégico respecto al tipo de cuadros que debía realizar con ese propósito. Incluso esta entrevista podría ser buena para el negocio."
- 6
"Los colores alegres de mis trabajos pueden hacer pensar en el Pop Art pero el telón de fondo de su aparición es completamente diferente."
- 7
"El Pop Art es un movimiento liderado por los países que ganaron la Segunda Guerra Mundial... Requiere un estado muy avanzado de capitalismo para poder funcionar."
- 8
"No vivo una vida al estilo rock and roll. En otras palabras, no me posiciono contra el sistema. Eso me pasa, más que nada, porque Japón representa una minoría en la sociedad global y de esta manera no tenemos casi ninguna influencia."
- 9
"Desde que era un niño pequeño, mis padres me han llevado a los museos. En uno de esos viajes, me crucé con “Saturno devorando a un hijo” de Goya y me invadió un abrumador sentimiento de shock y miedo. Mirando un poco atrás, supongo que todo empezó con este trauma."
- 10
"Soy japonés, por lo que, de alguna forma, vengo de fuera de las fronteras de la escena artística occidental y de sus juegos. Para coger una analogía, el anime o el manga siguen siendo, por alguna razón, pensados como algo poco conveniente para la televisión y los cines en los Estados Unidos. Y, pese a eso, todo el mundo los mira."