Efemérides

Stéphane Mallarmé, el poeta que no se reconocía en su talento

El poeta del simbolismo Stéphane Mallarmé nació en París el 18 de marzo de 1842.

Fue un poeta del simbolismo que anticipaba las vanguardias del S.XX en su magistral uso de las palabras en su fondo y en su forma; investigador de los usos del lenguaje en poesía, fue profesor de inglés y fundó una de las tertulias literarias más importantes del París de su tiempo y e incluso de todos los tiempos; por aquella tertulia pasó Paul Verlaine -amante de Rimbaud que además los incluyó a ambos entre sus Les Poètes maudits-, o el genio irlandés de Yeats. Debussy y Ravel dieron música a sus poemas y lo retrató Manet, también Renoir. Pero a pesar de tanto hecho y de todo su genio, el día antes de morir pidió a su hija que destruyera sus escritos afirmando que 'no hay herencia literaria ahí...', demostró así que no se reconocía en su talento. Murió todavía joven, a los 56 años, y nació en París el 18 de marzo de 1842.

Algunas de sus frases célebres

  • Imagen: El pensamiento es donde las palabras deben dormir mucho tiempo, con el fin de nacer nuevas y puras.
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    "El pensamiento es donde las palabras deben dormir mucho tiempo, con el fin de nacer nuevas y puras. "

  • Imagen: Pinta, no la cosa, sino el efecto que produce.
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    "Pinta, no la cosa, sino el efecto que produce."

  • Imagen: Nombrar el objeto es suprimir el mayor placer del poema, que es la felicidad de conjeturar poco a poco.
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    "Nombrar el objeto es suprimir el mayor placer del poema, que es la felicidad de conjeturar poco a poco. "

  • Imagen: Al gran escritor se lo descubre en páginas que no publica.
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    "Al gran escritor se lo descubre en páginas que no publica."

  • Imagen: Lo sé, sólo somos inútiles formas de la materia, pero bien sublimes.
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    "Lo sé, sólo somos inútiles formas de la materia, pero bien sublimes."

  • Imagen: El derecho a no realizar nada excepcional o que contraríe vulgares conductas lo paga cada cual con su omisión, de él, y hasta diríamos que con su muerte, en tanto que él.
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    "El derecho a no realizar nada excepcional o que contraríe vulgares conductas lo paga cada cual con su omisión, de él, y hasta diríamos que con su muerte, en tanto que él. "