El bioquímico y biólogo molecular Severo Ochoa de Albornoz, nació en la localidad asturiana de Luarca el 24 de septiembre de 1905. Mientras estudiaba Medicina en Madrid, ingresó en la Residencia de Estudiantes, en donde conoció a Buñuel, Lorca y Dalí. Realizó estudios de postgrado en Glasgow, Berlín y Heidelberg y fue profesor en las universidades de Madrid, Heidelberg y Oxford.
En 1940 se traslada a Estados Unidos, y tras un año trabajando en la Universidad de Washington, fue nombrado investigador del College of Medicine de la Universidad de Nueva York, donde ejerció durante muchos años como director del departamento de bioquímica. Sus descubrimientos sobre el mecanismo de la síntesis biológica del ácido ribonucleico (ARN) y del ácido desoxirribonucleico (ADN), le hicieron acreedor del Premio Nobel de Fisiología y Medicina compartido con otro bioquímico, Arthur Kornberg.
Algunas de sus frases célebres
- 1
"En principio la investigación necesita más cabezas que medios."
- 2
"El amor es física y química."
- 3
"Una mujer puede cambiar la trayectoria vital de un hombre."
- 4
"Para mí, no hay emoción comparable a la que produce la actividad creadora, tanto en ciencia como en arte, literatura u otras ocupaciones del intelecto humano."
- 5
"La ciencia siempre vale la pena porque sus descubrimientos, tarde o temprano, siempre se aplican."
- 6
"Me he dedicado a investigar la vida y no sé por qué ni para qué."
- 7
"Traté de organizar mi vida tomando a Don Santiago (Ramón y Cajal) como modelo y pensando siempre en él. Si yo algo he sido o algo he hecho, a él se lo debo."