Ingeniero de minas, diplomático, escritor, historiador, profesor, político, diputado, Ministro de Instrucción Pública y Bellas Artes, también de Justicia, y, por encima de todo, un pacifista de pensamiento liberal defensor de la idea de Europa, un europeísta nacido en el S.XIX que se opuso con la misma convicción al comunismo soviético y al fascismo franquista.
Nació en A Coruña el 23 de julio de 1886 en el seno de una familia numerosa -tuvo 10 hermanos- y acomodada de larga tradición militar; su padre lo mandó a Francia para desarrollar allí sus estudios universitarios de ingeniería en contra de su voluntad, ya en la Universidad tenía a las letras por pasión frente a la ingeniería pero, por la presión ejercida por su padre, termininó la carrera y regresó a España; por aquel entonces describía su profesión y su vocación como enemigos declarados.
Sus primeros pasos profesionales reflejan la dualidad que se había impuesto en su futuro y, al tiempo que trabajaba como ingeniero en la Compañía de Ferrocarriles del Norte, lo hacía también como articulista de prensa.
Su tendencia europeista, que naciera de sus años en Francia, se acentuó en sus visitas a Inglaterra, donde vivió durante la II Guerra Mundial, y al casarse con la escritora escocesa Constance Archibal; ejerció como diplomático durante los gobiernos republicanos y fue también Ministro durante la II República, se exilió ante el estallido de la Guerra Civil española. Ese mismo año formó parte del selectro grupo de personas propuestas para recibir el Premio Nobel de la Paz, y es que por entonces, tras su trabajo en la Sociedad de Naciones y como diplomático para el gobierno de España, era un personaje conocido y respetado más allá de nuestras fronteras.
Tras la muerte de Franco regresó a España y tomó posesión de su asiento en la Real Academia de la Lengua siendo ya un hombre de reconocido prestigo tanto a nivel nacional como internacional. No sería ésta su última nominación, en 1952 sería de nuevo nominado al Premio Nobel de la Paz y también al de Literatura. Fue el primer presidente de la Internacional Liberal.
Salvador de Madariaga es, sin duda, uno de los personajes más notables de nuestra historia, de la española y también de la gallega, un hombre de pensamiento liberal y culto cuya obra no sólo es merecedora de una lectura pausada sino también de una profunda reflexión.
Algunas de sus frases célebres
- 1
"El espíritu creador no pregunta: sabe"
- 2
".. el bien decir no es otra cosa que el bien pensar."
- 3
"El dinero no es más que poder social, y nada hay en el mundo más difícil de administrar que el poder.
" - 4
"Como liberal que soy, doy importancia mínima a lo económico, la mediana a lo político y la máxima a lo humano.
" - 5
"El fin de la vida es la contemplación; y no hay contemplación sin ocio.
" - 6
"La conciencia no nos impide cometer pecados, pero desgraciadamente sí disfrutar de ellos."