Bautizado como Félix Rubén García Sarmiento, Rubén Darío nació el 18 de enero de 1867, en una pequeña localidad nicaragüense llamada Metapa, hoy Ciudad Darío en reconocimiento a su hijo predilecto. Aunque trabajó como periodista y diplomático, desde la adolescencia sentía gran admiración por los poetas franceses, especialmente por Verlaine. Estos dejaron una profunda huella en sus obras por las que, más tarde, pasaría a alcanzar fama e ingresar en la historia de la literatura universal como el gran poeta Modernista en lengua castellana.
Las tres grandes obras que más gloria le dieron y por las que se ganó su billete al monte Parnaso para pelear contra los malos poetas son, Azul (1888), Prosas profanas y otros poemas (1896) y Cantos de vida y esperanza (1905).
Algunas de sus frases célebres
- 1
"No dejes apagar el entusiasmo, virtud tan valiosa como necesaria; trabaja, aspira, tiende siempre hacia la altura."
- 2
"Juventud, divino tesoro,
¡ya te vas para no volver!
Cuando quiero llorar, no lloro...
y a veces lloro sin querer." - 3
"Si pequeña es la patria, uno grande la sueña.
" - 4
"Eres un universo de universos y tu alma una fuente de canciones."
- 5
"El eterno femenino puede tornar humano lo divino."
- 6
"Este axioma a todas horas habrás de meditar, la ciencia de vivir es el arte de amar."
- 7
"Para qué querré yo la vida cuando no tenga juventud."
- 8
"El libro es fuerza, es valor, es fuerza, es alimento; antorcha del pensamiento y manantial del amor."
- 9
"Aborreced las bocas que predicen desgracias eternas."