Reconocido como poeta, dramaturgo y prosista, y considerado como uno de los mayores literatos españoles de la edad de plata, Rafael Alberti Merello nació en una madrugada de gran tormenta de diciembre de 1902. De ascedentes italianos que hacía tiempo llegaron al olor de los vinos de la tierra, Alberti era el quinto de los seis hijos de María y Agustín, representante de vinos. Estudió en el colegio de las Carmelitas, pasando más tarde a la escuela de Doña Concha, fea, severa y antipática, para más tarde ingresar como externo en el Colegio San Luís Gonzaga de la Compañía de Jesús, de la que había sido alumnos Juan Ramón Jiménez, Fernando Villalón y Pedro Muñoz Seca. Más tarde, él mismo reconocería que era un estudiante un poco desganado, que iba poco a clase, que su vida estaba en la calle y en las playas del Puerto, con sus amigos. Empezó a escribir muy tarde, pues su vocación primera fue la pintura, que más tarde ejercería una gran influencia en su obra, y cuando se trasladó con su familia a Madrid, mientras simuló que seguía estudiando Bachillerato, se dedicó a copiar pinturas en el Museo del Prado.
Fue la nostalgia y el pesar por la muerte de su padre en 1920 le llevaron a refugiarse en la poesía y dejar la pintura en un segundo plano. En la Residencia de Estudiantes, se relacionó con otros artistas y con los escritores de la Generación del 27, Dámaso Alonso, Gerardo Diego, Vicente Aleixandre y sobre todo García Lorca. La primera colección de poemas de Rafael Alberti, Marinero en tierra, le sirvió para ganar el Premio Nacional de Literatura que compartió con Gerardo Diego.
Como poeta vanguardista, da una nueva visión a la tradición de los Cancioneros. Tras la guerra civil se exilió en París, Argentina y Roma debido a su militancia comunista. En La arboleda perdida narra su vida durante los años de destierro. A su vuelta a España es elegido diputado por el Partido Comunista, pero pronto renunciaría a su escaño para proseguir en Roma su tarea literaria. Entre las numerosas distinciones y homenajes que se le dedican a Rafael Alberti destaca el Premio Miguel de Cervantes y su nombramiento como miembro de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.
Algunas de sus frases célebres
- 1
"Me marché con el puño cerrado... vuelvo con la mano abierta."
- 2
"No he pasado treinta y nueve años fuera de España desterrado para acabar mis días abriendo una librería en Almería, como han señalado algunos."
- 3
"Si mi voz muriera en tierra, llevadla al nivel del mar y dejadla en la ribera."
- 4
"Aunque yo no quisiera verme implicado en política, vivimos un tiempo feroz, de ahí que no pude dedicarme a escribir apaciblemente un poema dedicado a una rosa o a una mujer, cuando desayuno leyendo un periódico que relata una amenaza golpista."
- 5
"La libertad no la tienen los que no tienen su sed."
- 6
"La única seguridad que posee un escritor es trabajar todos los días, sin más garantías."
- 7
"Todo el mar. Sí, todo el mar. Pero el mar cabe en una sola ola, y no hace falta pensar en el océano sin límites para sentirlo recogido, íntimo y completo."
- 8
"Soy un poeta que cuenta mucho el pasado vivo, por eso lo llamo de lo vivo lejano y no de lo muerto lejano. Lo vivo lejano está tan presente que tiene una gran sustancia poética para poderla manejar."
- 9
"Con Picasso hablaba de todo. El me decía, la gente creerá que estamos haciendo frases inmortales cuando estamos diciendo verdaderas tonterías."
- 10
"Tú no te irás, mi amor, y si te fueras, aún yéndote, mi amor, jamás te irías."
- 11
"No quiero morir en tierra, me da un pánico terrible. A mí, que me encanta volar en avión y ver pasar las nubes, me gustaría que un día el aparato en el que viajo se perdiera y no volviera. Y que me hicieran un epitafio los ángeles. O el viento."
- 12
"Creo menos en el destino, que es una palabra demasiado grandilocuente, que en la suerte, en la estrella. He vivido demasiadas situaciones difíciles y siempre he salido con bien. Siempre digo que pienso vivir hasta el año 2015, ése sería mi destino preferido."