Efemérides

Oscar Niemeyer, el más irreverente e innovador intérprete del modernismo arquitectónico

Premio Príncipe de Asturias de las Artes de 1989, nació el 15 de diciembre de 1907 en Rio de Janeiro, Brasil.

Oscar Niemeyer nació el 15 de diciembre de 1907 en Rio de Janeiro, en una familia de economía desahogada. Recuerda que de niño, dibujaba con el dedo en el aire y su madre le preguntaba, ¿Qué estas haciendo?, y él decía: Estoy dibujando. Así que el dibujo le llevó a la arquitectura para la que parecía estar predestinado. Estudió en la Escuela Nacional de Bellas Artes de Rio de Janeiro y sus primeras experiencias profesionales la tuvo en el estudio de Lucio Costa, en el que quedó impregnado de los principios academicistas de la cultura clásica, el respeto al pasado y a la herencia histórica. Pero para el joven principiante, conocer a Le Corbusier, con el que estuvo trabajando un mes en Rio de Janeiro durante la realización de un proyecto del Ministerio de Educación y Salud, fue una revelación. Fue a través de las enseñanzas de Le Corbusier que Niemeyer aprendió la importancia del dibujo como esencia del proyecto, pero también asimiló su método de trabajo, su percepción de la realidad, a comprender el significado del sitio, el diálogo con la naturaleza, con la historia, su visión y su constante experimentación creativa. También aprendió lo que constituyó una constante en su producción, el tema del volumen regular cartesiano, las infinitas posibilidades plásticas de la caja como elemento autónomo, del volumen asociado a la línea, de la libertad distributiva de los componentes regulares.

A finales de los años treinta, Niemeyer diseña el Pabellón de Brasil en la Feria Internacional de Nueva York, obteniendo notoriedad internacional por la plasticidad que logró darle al hormigón armado. Poco después fue invitado por el presidente brasileño Juscelino Kubitschek para diseñar los edificios sociales de la nueva urbanización de Pampulha. Para entonces ya tenía definido el repertorio canónico del primer estilo nacional de la arquitectura moderna, los volúmenes puros, los pilotis, los brise-soleil, las fachadas de vidrio, la planta libre interior, el techo jardín, la estructura modulada. Motivado por el deseo poscolonial de derribar la imagen de un Brasil atrasado, tomó conciencia de que era el momento de comenzar a experimentar, porque, a su entender, los paradigmas canónicos del racionalismo que se aplicaban a la arquitectura de las ciudades brasileñas eran una expresión de mediocridad. El uso de las formas libres y sinuosas permitidas por el hormigón armado, comenzaron a estar presente en los nuevos proyectos, al asumir los elementos estructurales como esencia de la forma, el encuentro de la imaginación con la poesía y la técnica.

Brasilia constituye el clímax de la creatividad de Niemeyer, la maduración plena del constante diálogo entre razón y sentimiento, entre la norma y la intuición, entre modulación cartesiana y libertad plástica, entre formas cerradas y abiertas, una de las principales características de la innovación de su lenguaje arquitectónico. Allí se materializaron todas las formas posibles de su repertorio en el centenar de edificios proyectados y construidos en coincidencia con los postulados estéticos corbusierano: cajas, torres, cilindros, cáscaras, bóvedas y cúpulas, simples y complejas, esparcidas sobre el territorio urbano de la ciudad y definidas por las funciones contenidas en ellas. Cualidades que exceden los requisitos del funcionalismo, del modernismo doctrinario y que afirman su interés por el lujo, la belleza y la sensualidad como legítimos fines arquitectónicos que quebrantan los modelos culturales hegemónicos.

Algunas de sus frases célebres

  • 1

    "No existe la arquitectura antigua o moderna, existe la arquitectura buena o mala."

  • 2

    "Lo que me molesta no son los desaciertos de la vida, sino el dolor inmenso de los más pobres ante la sonrisa indiferente de los acaudalados."

  • 3

    "La arquitectura tiene siempre una función social. Personalmente me gustan los ambientes de proximidad, los espacios colectivos, lo que no es elitista."

  • 4

    "No es el ángulo recto el que me atrae, sino la curva libre y sensual, la curva que encuentro en las montañas de mi país, en el curso sinuoso de sus ríos, en las olas del mar, en el cuerpo de la mujer preferida."

  • 5

    "Lo que es importante para el arquitecto es hacer lo que le gusta, no lo que otros quisieran que haga. Esa es la forma, el no darle demasiada importancia a tu trabajo. Muy pocas cosas tienen importancia en esta vida."

  • 6

    "Soy un ser humano insignificante. Basta mirar al cielo para sentir que somos muy pequeños. Creo que el ser humano debería ser más sencillo, más modesto."

  • 7

    "¿Qué pienso de la vida? Una mujer a tu lado y que Dios haga lo suyo."

  • 8

    "No existe la arquitectura ideal. No quiero saber la opinión de los otros sobre mi trabajo. Yo creo en la intuición, mi arquitectura es una propuesta basada en la intuición."

  • 9

    "Mi preocupación siempre es hacer una cosa diferente que provoque sorpresa."

  • 10

    "La arquitectura es una cuestión de sueños y fantasías, de curvas generosas y de espacios amplios y abiertos."

  • 11

    "Cada obra, aunque sea sin querer, contiene el recuerdo de una arquitectura más antigua, de formas anteriores, de gentes, el recuerdo de una mujer bonita, de una historia."

  • 12

    "La inmortalidad es una fantasía, una manera de olvidar la realidad. Lo que importa, mientras estamos aquí, es la vida, la gente. Abrazar a los amigos, vivir feliz. Cambiar el mundo. Y nada más."

  • 13

    "En Brasilia, los palacios pueden gustarle o no, pero jamás podrá decir que antes ha visto algo igual. Puede que haya visto mejores, pero iguales, no."

  • 14

    "No quiero cambiar la arquitectura, lo que quiero cambiar es esa sociedad de mierda."

  • 15

    "A partir de un trazo nace la arquitectura. Y cuando éste es bonito y produce sorpresa, ella puede alcanzar –siendo bien conducida – el nivel superior de una obra de arte."

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