Miguel Frías Montañés, más conocido como Miguel Frías de Molina, La Miguela y definitivamente como Miguel de Molina, bailarín e intérprete de copla, nació casi al mismo tiempo que un joven Alfonso XIII intentaba enderezar el curso de la historia de España, que intentaba reponerse de la pérdida de sus últimas colonias durante la regencia de la reina María Cristina, hecho que daría lugar a dos significativas corrientes culturales, la del 98 y su proyección posterior en el 27.
La familia de Miguel de Molina era muy humilde. Para ayudar a su madre, Miguel dejó el colegio de los Salesianos en los que tan sólo curso estudios primarios, para aceptar cualquier trabajo. Con una compañía de gitanos se subió a los escenarios, vendió pescado pregonando, y cantó y bailó en tablaos con compañías de poca monta, con quienes aprendió a diseñar y confeccionar el vestuario de sus espectáculos. También trabajó de recadero. Un día, llevando un telegrama al poeta Salvador Rueda, encontró unos versos del que será después su admirado amigo Federico García Lorca. Empezó a ganarse bien la vida organizando juergas flamencas.
Poco a poco, Miguel se convirtió en el artista de variedades más famoso y mejor pagado en los años anteriores a la guerra civil. Entabló amistad con los personajes más importantes de la época en el mundo del espectáculo, desde Jacinto Benavente a Federico García Lorca, desde Rafael de León y Pastora Imperio a la Argentina e Ignacio Sánchez Mejías. La Guerra Civil lo pilló en Barcelona, desde donde se desplazó a Valencia para actuar en teatros y, más tarde, en el frente. Pronto es etiquetado como cantante republicano, además de pobre y homosexual. A partir de ese momento, se inicia una feroz persecución contra él.
En 1942 decidió marcharse al exilio. Se dirigió a Lisboa y embarcó hacia Buenos Aires para no volver hasta 1957 tras el fallecimiento de su madre. Al llegar a América, arrojó al mar las dos pesetas que le quedaban en el bolsillo. Dicen que tal fue su éxito en su temporada de estreno en Buenos Aires, en el Teatro Cómico, que por concepto de propinas se hizo rico el que vendía las entradas en dicho teatro. Pero pronto llegaría de nuevo la persecución a través de la Embajada. Tuvo que salir de la Argentina, empeñando todo lo que poseía.
Se trasladó a México, país donde se creó un frente encabezado por Cantinflas y Jorge Negrete para boicotearle. Sin embargo, el éxito le perseguía, pasando a ser primera figura de toda América Latina. Con la llegada de la democracia en España, se le ofreció la medalla de Isabel La Católica en nombre del Rey de España, la medalla de la Villa de Madrid, una plaza con su nombre, un museo del traje y casa en Málaga. Sin embargo, en 1966 se había retirado de la cúspide de la fama y vivió los últimos treinta años de vida encerrado en su casa de Buenos Aires rodeado de recuerdos. Sus restos reposan en el Panteón de Actores del cementerio de La Chacarita, en la ciudad porteña.
Algunas de sus frases célebres
- 1
"Miguel era un torrente inacabable, inagotable."
Carlos Herrera.
- 2
"Llegué al mundo...en una Andalucía en la que quienes gobernaban eran la pobreza, el hambre y la ignorancia."
- 3
"Se debe encontrar un equilibrio entre su carácter sensible, pero a la vez muy fuerte. Tenía el ego muy subido."
- 4
"Ojos verdes, verdes como la albahaca. Verdes como el trigo verde y el verde, verde limón.
" - 5
"No te quiero, no me quieras. Si tu me lo diste, yo na te pedí."