Donatien Alphonse François de Sade fue un controvertido escritor francés que se definía a sí mismo tal que así: 'Imperioso, colérico, irascible, extremo en todo, con una imaginación disoluta como nunca se ha visto, ateo al punto del fanatismo, ahí me tenéis en una cáscara de nuez... Mátenme de nuevo o tómenme como soy, porque no cambiaré', y no cambió.
El Marqués de Sade nació en París el 2 de junio de 1740, su padre era diplomático y su madre dama de compañía en la corte por lo que sus inicios en el mundo fueron acomodados; una vez su padre se vio obligado a viajar por su profesión y su madre, dicen, acabó dejando la corte para ingresar en un monasterio, Donatien se crió bajo la dirección de un tío paterno y de su propio padre; era un lector empedernido y hablaba, además de francés, italiano, provenzal y alemán. Desarrolló su carrera militar, se casó por imposición paterna, a la que accedió y fue padre de tres hijos pero el escándalo se hizo dueño y señor de su vida y entre breves detenciones y otras más largas, debidas en gran medida a su vida licenciosa y a su pluma ligera, llegó a pasar 20 años en la cárcel.
Dicen que, más allá de un par de escándalos y de la crudeza de sus obras, hay más de leyenda que de realidad en el mito del Marqués de Sade, un filósofo y escritor al que reivindicaron literatos de la talla de Flaubert, Dostoyevsky o Rimbaud.
Hoy, en el día de su efemérides, más que ahondar en lo que hizo o se dice que hizo, lo recordamos a través de sus palabras.
Algunas de sus frases célebres
- 1
"En el amor, todas las cumbres son borrascosas."
- 2
"La gloria seduce la imaginación, mas no procura la menor voluptuosidad a los sentidos."
- 3
"Ninguna religión vale una sola gota de sangre."
- 4
"La ley solo existe para los pobres; los ricos y los poderosos la desobedecen cuando quieren, y lo hacen sin recibir castigo porque no hay juez en el mundo que no pueda comprarse con dinero."
- 5
"La idea de Dios es el único error por el cual no puedo perdonar a la humanidad."
- 6
"Las pinturas más audaces, las descripciones más osadas, las situaciones más extraordinarias, las máximas más espantosas, las pinceladas más enérgicas tienen el sólo objeto de obtener una de las más sublimes lecciones de moral que el hombre haya recibido nunca."