Efemérides

Kazuo Ishiguro, escritor, el último Premio Nobel de Literatura

Kazuo Ishiguro, uno de los mayores escritores en lengua inglesa, nació en Nagasaki el 8 de noviembre de 1954.

El escritor británico de origen japonés Kazuo Ishiguro nació en Japón, pero desde los seis años ha vivido en Inglaterra recibiendo una formación académica occidental, desde la educación primaria hasta los estudios superiores, que cursó en la Universidad de Kent antes de doctorarse en escritura creativa en la Universidad de East Anglia.

Comenzó a darse a conocer en los círculos literarios del Reino Unido a comienzos de los 80, aunque ya había conseguido que le publicaran algunos artículos y relatos en varias revistas literarias. Su primera novela, Pálida luz en las colinas, recibió el prestigioso premio Winifred Holtby y la siguiente, Un artista del mundo flotante, el premio Whitbread de Literatura.

Con estos premios bajo el brazo, su tercera novela, Los restos del día, fue recibida con grandes elogios por parte de la crítica y los lectores ingleses que comprobaron con admiración la capacidad narrativa y la rigurosidad en los detalles del autor. La novela, con la que obtuvo el Booker Prize, constituye la lúcida y amarga reflexión de un típico mayordomo inglés que siente con angustia que ha renunciado a su vida a cambio de haber cumplido con lo que creía que era su deber.

Los restos del día fue llevada a la gran pantalla bajo el título Lo que queda del día, respaldada por las sobresalientes interpretaciones de Anthony Hopkins y Emma Thompson, y por la minuciosa reconstrucción histórica de la Inglaterra posterior a la Segunda Guerra Mundial.

Podría haberse acomodado, pero no lo hizo y con su siguiente novela, un largo e inquietante relato surrealista y aparentemente sin argumento llamado Los desconsolados, sorprendió aún más a los críticos. En ella narra la visita de un pianista que se supone está interpretando un concierto que parece estar condenado a no llegar a producirse.

Después vendrían Nunca me abandones, una aterradora fábula futurista en la que la relación entre humanos y androides construyen una historia sobre la amistad y la muerte; y El gigante enterrado, una novela de corte medieval que habla de nuestra época, del olvido y el perdón.

Suficiente para darse cuenta que en la obra narrativa de Ishiguro -un hombre al que le gusta la tranquilidad, las buenas películas y Bob Dylan- es imposible reconocer un estilo, lo que lo convierten hoy uno de los mayores escritores en lengua inglesa.

Algunas de sus frases célebres

  • Imagen: Es curiosa la visión del triunfo que tienen algunos. El éxito siempre es subjetivo, uno puede lograrlo cara a la galería y sentirse frustrado en su interior.
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    "Es curiosa la visión del triunfo que tienen algunos. El éxito siempre es subjetivo, uno puede lograrlo cara a la galería y sentirse frustrado en su interior."

  • Imagen: Me gusta pensar que al final de cada historia comienza otra para cada uno que puede ser mucho mejor.
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    "Me gusta pensar que al final de cada historia comienza otra para cada uno que puede ser mucho mejor."

  • Imagen: La infancia es una utopía para niños afortunados.
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    "La infancia es una utopía para niños afortunados."

  • Imagen: Apenas hablo japonés. Solo con mi madre y no muy bien.
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    "Apenas hablo japonés. Solo con mi madre y no muy bien."

  • Imagen: He escrito sobre lo fácil que resulta desperdiciar la vida.
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    "He escrito sobre lo fácil que resulta desperdiciar la vida."

  • Imagen: En mi obra, la identidad son los temas, las obsesiones, no las raíces.
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    "En mi obra, la identidad son los temas, las obsesiones, no las raíces."

  • Imagen: La nueva generación literaria es un invento de los editores.
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    "La nueva generación literaria es un invento de los editores."

  • Imagen: Algunos escritores de otras lenguas quizás se hayan encerrado demasiado en sí mismos. Renunciaron a una fuerte tradición propia de contadores de historias para analizar temas que interesaban muy poco fuera de París.
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    "Algunos escritores de otras lenguas quizás se hayan encerrado demasiado en sí mismos. Renunciaron a una fuerte tradición propia de contadores de historias para analizar temas que interesaban muy poco fuera de París."

  • Imagen: Escribo novelas; eso es todo lo que puedo hacer.
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    "Escribo novelas; eso es todo lo que puedo hacer."