Efemérides

Juan de la Cruz, la eternización de la palabra

Nació el 24 de junio de 1542 en Fontiveros, villa de pequeño vecindario perteneciente a la provincia de Ávila.

El verdadero nombre de San Juan de la Cruz era Juan de Yepes y nació un día de San Juan del año en el que apareció De la revolución de los cuerpos celestes, revelador libro de Nicolás Copérnico. Sus padres fueron Gonzalo de Yepes, tejedor, y Catalina Álvarez, sirvienta de las monjas. A los seis años quedó huérfano de padre. La familia inicia una peregrinación que los lleva de Fontiveros a Arévalo y luego a Medina del Campo. Por entonces, Medina era una de las ciudades más prósperas de España, que celebraba una feria anual a la que llegaban mercaderes de los Países Bajos, Francia e Italia, y era la ciudad donde se habían impreso las poesías de Boscán y Garcilaso de la Vega.

Después de unos años recibiendo formación literaria y filosófica en el Colegio de la Compañía de Jesús, en 1563 decidió no entrar en la Compañía y tomar los hábitos del Carmelo, mucho más humildes. Al año siguiente se traslada a Salamanca, donde estudiaría teología y sería ordenado sacerdote. En 1568 conoce en Medina del Campo a santa Teresa de Jesús, doctora mística que llamaba a Juan Medio Fraile, por su corta estatura. Juntos serían los máximos representantes del misticismo español del siglo XVI, una corriente que comienza cuando el alma se despoja de todas sus ataduras y termina en la gozosa unión del alma con Dios.

Aunque tarde, Juan estudió profundamente las Escrituras, los Padres de la Iglesia y las teorías Escolásticas. La reforma le llena de angustia. Además, sabemos que el talento causa envidia. Nunca le faltaron enemigos. Juan fue encarcelado y llevado a la prisión de Toledo, donde sufre los peores tratamientos. Después de encerrarlo algunos incluso quisieron desterrarlo a México.

Ser un importante reformador religioso es el motivo más probable por el que el escritor que compuso una de las obras breves más importantes de la literatura castellana pasase desapercibido durante cuatro siglos. En lucha permanente con las palabras, Juan de Yepes, San Juan de la Cruz desde 1674, es uno de los mayores poetas de su tiempo por su forma de concebir la poesía, como conocimiento y vehículo para descifrar la realidad. Además, es uno de los más modernos, porque puede ser gozado desde una sensibilidad actual y se encuentra muy próximo a los planteamientos que han hecho posible la gran literatura del S.XX.

Algunas de sus frases célebres

  • Imagen: Bienaventurado el que, dejando a parte su gusto e inclinación, mira las cosas en razón y justicia para hacerlas.
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    "Bienaventurado el que, dejando a parte su gusto e inclinación, mira las cosas en razón y justicia para hacerlas."

  • Imagen: El alma que anda en amor, ni cansa, ni se cansa.
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    "El alma que anda en amor, ni cansa, ni se cansa."

  • Imagen: Sin arrimo y con arrimo, sin luz y a oscuras viviendo, todo me voy consumiendo.
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    "Sin arrimo y con arrimo, sin luz y a oscuras viviendo, todo me voy consumiendo."

  • Imagen: ¿Adónde te escondiste, amado, y me dejaste con gemido?
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    "¿Adónde te escondiste, amado, y me dejaste con gemido?"

  • Imagen: ¡Oh llama de amor viva, que tiernamente hieres, de mi alma en el más profundo centro!
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    "¡Oh llama de amor viva, que tiernamente hieres, de mi alma en el más profundo centro!"

  • Imagen: Hable poco, y en cosas que no es preguntado no se meta.
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    "Hable poco, y en cosas que no es preguntado no se meta."

  • Imagen: Que ésta es la bajeza de esta nuestra condición de vida, que, como nosotros estamos, pensamos que están los otros, y como somos, juzgamos a los demás.
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    "Que ésta es la bajeza de esta nuestra condición de vida, que, como nosotros estamos, pensamos que están los otros, y como somos, juzgamos a los demás."