Escritor y académico, también político, hombre emocional y complejo, Pereda es uno de esos escritores en lengua castellana que merecen una lectura no sólo por su interés literario sino también por el reflejo de la realidad de tu tiempo que late en sus obras; fue un escritor realista y costumbrista que dejó constancia en sus novelas de la vida rural española, especialmente la cántabra, en la España del S.XIX. ¿Qué mejor modo de acercarnos a la historia que a través de un buen relato o una buena novela? esa es la razón que nos hace considerar a Pereda como un escritor que merece, cuando menos, una lectura.
Nació en Polanco, un pueblo cántabro del que era oriundo su padre, su madre, también cántabra, había nacido en comilla; tuvo nada menos que 21 hermanos pero sólo 11 de los 22 hijos del matrimonio llegaron a la edad adulta; Pereda creció en Polanco y en su adolescencia se trasladó a Santander, donde cursó estudios en el mismo instituto porque el que poco después pasarían Menendez Pelayo, Gregorio Marañón o Gerardo Diego.
Cursó estudios de Humanidades y se trasladó a Madrid, por aquel entonces ya había dado muestras de su carácter hipersensible y de cierta neurastenia que lo acompañaría toda su vida; su primera etapa en Madrid transcurrió entre tertulias de café y sus primeras obras, la dio por terminada cuando regresó a Santander; su madre falleció sumiéndolo en una profunda tristeza, contrajo el cólera lo que no ayudó a su recuperación emocional.
Esa etapa de enfermedad terminó en Andalucía, donde se recuperó e inició su carrera periodística mientras continuaba con la literaria y se preparaba para dar sus primeros pasos en política con el partidos carlista. Regresó a Madrid y cultivó amistades importantes que, si bien diferían de su modo de ver el mundo en lo ideológico, estaban unidos por la maestría literaria, nos referimos a autores como Galdós y Clarín.
Pereda era ya entonces un literato respetado y reconocido como un escritor realista y costumbrista con tintes románticos.
Se casó en 1869, un par de años antes de iniciar su carrera política, una carrera que abandonaría en el 76 para dedicar más tiempo a sus hijos; no retomaría la vida política pero sí la literaria, publicando en 1885 la que es, probablemente, su obra más notable: Sotileza y en 1887 lee su discurso de entrada en la Real Academia Española.
En 1893 le sobreviene el acontecimiento más terrible de su vida, su hijo se suicida; Pereda cae en una tristeza profunda y absoluta a la que no escapaba la sensación de culpabilidad; dejó de escribir y casi de vivir; en 1903 pareció recuperar cierto ánimo coincidiendo con la boda de su hija pero sólo un año más tarde sufría una apoplejía y en 1906 su vida llegaba a su punto y final.
Algunas de sus frases célebres
- 1
"Gran libro es la vejez. ¡Lástima que el hombre tenga que morirse cuando comienza a leerlo con provecho!
" - 2
"La experiencia no consiste en el número de cosas que se han visto, sino en el número de cosas que se han reflexionado.
" - 3
"El hombre, abrumado constantemente por las cargas de la familia, pierde hasta la libertad de ser honrado y el derecho de ser feliz.
" - 4
"Las lágrimas fueron puestas por Dios en los ojos para deshacer las penas del corazón.
" - 5
"Quien aspira a adquirir riqueza u honores no sabe amar.
" - 6
"Cuantos menos caprichos se extraigan de esta vida, más fácil es el camino hacia la otra.
"
