A finales de los años veinte, la República de Checoslovaquia fundada por Masaryk vivía un ambiente de prosperidad, cosmopolitismo, tolerancia y madurez intelectual. Por esta época existía ya en Praga un grupo surrealista muy activo, fundado en marzo de 1924 por el poeta Vitezlav Nezval y el crítico Karel Teige, al que pronto se unieron otros poetas, pintores, fotógrafos, críticos y lectores interesados en el movimiento que Breton y otros compañeros de aventuras estéticas habían fundado en Francia.
Desde comienzos de siglo las vanguardias checoslovacas progresaban estrechamente unida al socialismo y al comunismo. Además, el grupo surrealista checo se creó en el momento en el que todas las fuerzas de izquierda se unían en un único frente revolucionario. Así que el principio teórico del surrealismo establecido por Breton bajo condiciones históricas y sociales diferentes, solo fue adoptado en Checoslovaquia con ciertas modificaciones. Prueba de ello es que el surrealismo sobrevivió en Checoslovaquia hasta bien avanzada la posguerra.
Existe una autentica constelación de fotógrafos entre los que destacaban Karel Teige, Emila Medková y Jindrich Styrsky, nuestro personaje de hoy. Styrsky nació en una pequeña ciudad de Bohemia, y en la misma ciudad pasó su infancia. Cuenta que la muerte de una media hermana en 1905 afectó en gran medida su vida posterior y la creación artística. Estudió en la Academia de Bellas Artes de Praga. Durante el verano de 1922 conoció a la artista María Cermínová, que más tarde comenzó a usar el seudónimo artístico Toyen. Con ella, Brouk, Nezval, y Teige cofundó el grupo surrealista de Checoslovaquia en Praga Devetsil.
Styrsky combinaba la fotografía con la poesía, la edición y la pintura. Su obra pictórica comprende sobre todo ilustraciones y portadas de libros, y la literaria incluye dos estudios, uno sobre Rimbaud y otro sobre el Marqués de Sade. En 1935 participó en la primera exposición del grupo surrealista checo, en la que logró un gran éxito con dos series de fotografías, Hombre con tapaojos y Hombre rana. Además, Styrsky nos dejó la palabra, su palabra, tan surrealista como sus fotografías, pinturas y collages con las que hoy celebramos su efeméride.
Algunas de sus frases célebres
- 1
"La muerte siempre supo cómo conectar el vicio con la desgracia."
- 2
"Sólo es en los brazos del goce que tranquilamente duerme la moral."
- 3
"Cada día la muerte corrompe lo que llamamos vivir, y la vida se lleva incesantemente nuestro deseo por el vacío."
- 4
"El ascetismo o cualquier otro tipo de renuncia a nuestra sexualidad, es indefendible."
- 5
"El artista debe separar los actos corporales de su significado biológico."
- 6
"Este mundo ha visto el nacimiento de varios animales extraños."