Efemérides

Ignacio Sánchez Mejías, mecenas de la Generación del 27

El diestro sevillano Ignacio Sánchez Mejías, impulsor del acto fundacional de la Generación del 27 y protagonista de una de las tres elegías más importantes de la literatura española, nació el 6 de junio de 1891 en Sevilla.

Era hijo de un médico de la Beneficencia Municipal de Sevilla empeñado en que siguiera sus pasos, pero nunca llegó a estudiar Medicina, ni siquiera a terminar el Bachillerato, que lo hizo, pero más tarde, en 1929, cuando ya era mayor y ejercía con solvencia y brillo sus más que variados talentos. Aunque crecía en un ambiente que no hacía presagiar urgencias que explicaran su vocación por una profesión de riesgo y fortuna, los sueños de Ignacio iban por otro lado.

Para materializarlos, con el dinero que le daba su padre para comprar cuadernos y libros, se hacía con capotes y muletas, se escapaba de los Escolapios y tomaba camino del Arenal, donde jugaba a ser espada con otros torerillos como José, al que más tarde llamarían Joselito, el torero más grande de todos los tiempos.

Apenas cumplidos los dieciocho, después de embarcarse en Cádiz como polizonte en un barco rumbo a Nueva York y de ser rescatado de la policía por su hermano Aurelio -que vivía en México-, Ignacio comenzó su carrera en el mundo de la lidia. Primero como banderillero y peón de brega de Juan Belmonte, después de Rafael El Gallo y, finalmente, de su amigo de la infancia, Joselito, su cuñado desde 1915.

En la cuadrilla de aquel mítico torero, Ignacio, se formó como matador. El domingo 16 de marzo de 1919, Ignacio Sánchez Mejías toma la alternativa, en la Plaza de toros Monumental de Barcelona compartiendo cartel con las máximas figuras del momento, Joselito y Juan Belmonte.

Pero su genio trasciende con mucho el ámbito de lo taurino. Diez años después de su alternativa, Ignacio Sánchez Mejías era uno de los personajes de la cultura más populares de la España de anteguerra. Gran aficionado a la literatura, el diestro impulsó y sufragó económicamente el acto en el Ateneo de Sevilla que conmemoraba el tricentenario de la muerte de Luis de Góngora que sirvió de actafundacional de la Generación del 27. Sin ser poco, además fue escritor y dramaturgo, empresario, automovilista, aviador, actor, futbolista, presidente de la Cruz Roja en Sevilla y Presidente del Real Betis Balompié.

Brillante, culto, educado, seductor, mediático, versátil y polémico, su figura fue ensalzada por Miguel Hernández y Rafael Alberti, además de inmortalizado a su muerte –corneado en la plaza de Manzanares en 1934- por Federico García Lorca en su famoso Llanto por la muerte de Ignacio Sánchez Mejías, elegía que está considerada, junto a las Coplas a la muerte de su padre de Jorge Manrique y la Elegía a Ramón Sijé de Miguel Hernández como una de las tres más importantes de la literatura española.

Algunas de sus frases célebres

  • 1

    "En esta vida el que no torea, embiste... la vida es así, se la pasa uno toreando y embistiendo."

  • 2

    "Satisfecho con lo que creía obligación patriótica, mandé mis cuartillas al Heraldo, y al releer en él mi artículo, he quedado sorprendido de cómo la criba de la censura, al cernir mi propósito, debilitaba todos mis argumentos."

  • 3

    "La fotografía de Ignacio abrumado por el dolor... es quizás la más emocionante de la historia de la Tauromaquia."

  • 4

    "No tengo inconveniente en que se clasifiquen a las corridas de toros entre las crueldades universales. Pero es necesario que sepa todo el mundo que el toro es una fiera.
    "

  • 5

    "Sánchez Mejías no era un artista. Tampoco un torero inteligente. Los alardes de valor eran la expresión de su tauromaquia...Su figura excedió el ámbito taurino para ser uno de los grandes personajes del ámbito cultural de la España de anteguerra."

    Domingo Delgado de la Cámara.

  • 6

    "Ignacio fue una personalidad excepcional y de un atractivo singularísimo. Muy pocos podrían comparársele, en nuestro siglo: Lawrence de Arabia, Chaplin, Picasso..."

    Andrés Amorós.

  • 7

    "¡Que no quiero verla! Dile a la luna que venga, que no quiero ver la sangre de Ignacio sobre la arena."

    Federico García Lorca.

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