Giuseppe Verdi nació al poco tiempo de iniciado el siglo XIX y murió apenas alumbrado el XX. Fue el más notable e influyente compositor de ópera italiana y puente entre el belcantismo de Rossini, Donizetti y Bellini y el verismo y Puccini. Verdi nació en el condado de Parma, por entonces en manos de Francia, en una Italia dividida. A pesar de nacer francés, Verdi murió como héroe nacional italiano después de haber sobrevivido al agitado Ottocento italiano y haber contribuido con su música a la Reunificación de Italia.
Los padres de Verdi, Carlo y Luigia, administraban una pequeña posada y una tienda de comestibles en la humilde aldea de Roncole, distante unos siete kilómetros de Busseto, ciudad donde Giuseppe comenzó sus estudios musicales bajo la protección de la familia Barezzi. Barezzi invitó a Verdi a ser profesor de música para su hija de Margherita, de la que se enamoró y con la que se casó. En 1832 fue rechazado por el conservatorio de Milán a causa de su juventud y porque no mostraba especiales aptitudes para la música.
A la edad de 25 años Verdi volvió a Milán. Su primera ópera Oberto, conde de San Bonifacio se estrenó en La Scala sin repercusión alguna y su ópera cómica Un giorno di regno fracasó. Verdi, afectado por las muertes recientes de su esposa y de sus dos hijos, abandonó la composición. Pero al cabo de un año recibió el encargo de escribir Nabucco (1842), ópera que causó una grandísima conmoción, ya que su argumento fue considerado por el público italiano como una alusión a la oposición al gobierno austriaco en Lombardía.
Poco a poco fue imponiéndose la costumbre de aclamar a Víctor Manuel de Saboya como rey de Italia al decir Viva Verdi ya que el apellido del compositor era un acrónimo de Vittorio Emanuele Rè d’Italia. En muchas de las representaciones de sus óperas se producían verdaderos motines patrióticos que requerían la intervención del Ejército. Los voluntarios italianos cantaban a coro números de sus óperas cuando iban al frente contra los austríacos. Italia encontró en él al ídolo que necesitaba. Verdi reunía todos los requisitos para representar un papel en el que, además, no se sentía incómodo.
Después llegarían Macbeth, Luisa Miller, la trilogía Rigoletto, Il trovatore y La Traviata, Las Vísperas Sicilianas, Simone Bocanegra, Un ballo in maschera, La forza del destino, Don Carlo y Aida, ópera encargada por el virrey de Egipto para celebrar la inauguración del Canal de Suez. Toda su obra destaca por la intensidad emocional de sus personajes, sus melodías armónicas y sus caracterizaciones dramáticas. Verdi transformó la ópera italiana, que hasta enconces utilizaba argumentos tradicionales y libretos anticuados, en una entidad musical y dramática unificada. Actualmente sus óperas se encuentran entre las más representadas en todo el mundo.
Algunas de sus frases célebres
- 1
"No existe música italiana, alemana o turca. Sólo existe la música."
- 2
"Copiar lo verdadero puede ser algo bueno, pero inventar lo verdadero es mejor, mucho mejor."
- 3
"Retorna a lo antiguo y serás moderno."
- 4
"No soy un compositor culto, sino uno experimentado."
- 5
"Los artistas verdaderamente superiores juzgan sin prejuicios de escuela, nacionalidad o época. Si los artistas del norte y del sur poseen tendencias diferentes, bien, son diferentes."
- 6
"Adoro el arte, cuando estoy solo con mis notas, los latidos de mi corazón y las lágrimas caen, mi emoción y placer son inmensos."
- 7
"Digo francamente que no escribo jamás mis notas, por hermosas o feas que sean, al azar y que procuro siempre imprimirles un carácter."
- 8
"Renegar de nuestro arte, instinto, manera de hacer, sólo por deseos de renovar, es absurdo y estúpido."
- 9
"¡La música es universal ¡Sólo a los necios y a los formalistas se les ocurre inventar escuelas y sistemas."
- 10
"Me parece que el arte ya no es arte, sino un oficio, un simple juego, una partida de caza, una cosa insignificante tras de la cual vamos corriendo y con la que se pretende obtener a cualquier precio si no el éxito, al menos la fama!"
- 11
"una Italia sin Verdi sería como una Inglaterra sin Shakespeare."
Luciano Berio.