George Duby era un historiador modesto y refinado que huía de la ostentación y la palabrería. Siempre discreto, siempre reservado, su forma de hacer historia enamoraba, enseñándonos a pensar de forma distinta el oficio de historiador y de la belleza que esconde la buena historia, como el mismo la llamaba.
Nació en París en una familia de artesanos. Después de estudiar secundaria en Mâcon, se doctoró en Letras, ejerció como profesor en Lyon, Besançon y Aix-en-Provence –donde creó un centro medievalista de proyección internacional- hasta que, en 1970, fue nombrado miembro del prestigioso Collège de France, donde ocupó la cátedra de historia de las sociedades medievales hasta 1992. Discípulo de Fernand Braudel, Duby se formó en la famosa escuela de Annales fundada en los años veinte por Marc Bloch y Lucien Febvre, un movimiento renovador que invitaba al historiador a ir más allá de la historia como una simple narración cronológica de hechos políticos, completando su visión con otras disciplinas anexas como la pintura, la música, la literatura. O la geografía, asignatura preferida de Duby desde su juventud como estudiante en el Liceo de Mâcon. Siguiendo esta línea, ayudó a comprender la hasta entonces tenebrosa Edad Media desde factores históricos hasta entonces marginados, como el estudio de la vida cotidiana.
Especializado en la Edad Media, a mediados de los cincuenta comenzó a interesarse en la reconstrucción de la cotidianidad en el mundo rural, tanto en momentos excepcionales, con libros como El año mil, como con análisis genéricos de la estructura social, con Guerreros y campesinos y Los tres órdenes o lo imaginario del feudalismo. El mismo interés por lo marginal de la historia lo llevó a dirigir una Historia de las mujeres, dando protagonismo al siempre marginado sexo femenino que le llevó a un punto de vista distinto sobre los hechos históricos. Su participación en la TV francesa durante los setenta disparó su popularidad por saber comunicar al público no especializado su pasión. Su libro Tiempo de las catedrales se convirtió de la noche a la mañana en un bestseller. En 1986, el presidente de la República francesa le encargó poner en marcha lo que hoy es el canal cultural ARTE, una forma innovadora de entender la televisión que concilia las principales características de la personalidad de Duby, el rigor y la erudición propia del historiador con un extraordinario talento como divulgador.
Algunas de sus frases célebres
- 1
"La buena historia debe ser apasionada, calentada por el calor del alma de quien la hace."
- 2
"A partir del momento en el que se estima que la historia debe servir para una comprensión lucida del presente, es necesario expandir su saber lo mas ampliamente posible utilizando todos los medios, las ediciones, la televisión, el cine."
- 3
"Los acontecimientos son la espuma de la historia."
- 4
"La realidad de la información contenida en los vestigios de un castillo fortificado es tan grande como en un poema viniendo de lo imaginario de un hombre de la misma época. Por lo tanto, procuro interpretarlos de la misma manera."
- 5
"Hacer historia solo tiene un sentido si ella permite aferrarse mejor al presente, controlar mejor la masa de informaciones que nos acosa, criticar, desmitificar no dejarse llevar tan fácilmente por los dogmatismos."
- 6
"La huella de un sueño no es menos real que la de una pisada."
- 7
"El arte es la expresión de la sociedad en su sistema: creencias, ideas que se hacen de sí mismos y del mundo."
- 8
"La sociedad está cambiando de piel. No se va a disgregar por causa de ese fenómeno; muy por el contrario es su propia vida la que lleva a esos viejos envoltorios a deshacerse."