Apenas habían pasado cuatro meses desde el fin de la Segunda Guerra Mundial cuando en el barrio de Giesing, Múnich, vino al mundo Franz Beckenbauer. Como todos los chavales de su edad creció jugando al fútbol entre los escombros, soñando con el milagro que finalmente se produjo en el Campeonato del Mundo de 1954: la victoria de Alemania ante la imparable Hungría de Puskas. Un hito que le inspiró para ser futbolista.
Despuntó muy pronto jugando de delantero y fichando por el gran equipo de Múnich, el TSV 1860 Múnich. Pero pronto se marchó al segundo equipo de la ciudad, el hoy todopoderoso Bayern de Múnich, que por entonces sólo había ganando una Copa y una Liga. En los trece años que Beckenbauer jugó en el Bayern levantó un montón de trofeos nacionales e internacionales, pero sobre todo consiguió que el segundo equipo de Múnich pasara a ser el primero, que de ahí pasase a ser el club más grande de Alemania y que después pasara a ser uno de los imprescindibles del fútbol europeo.
Con 20 años, el Kaiser no sólo era una pieza clave en el juego del Bayer sino también en el esquema de la selección de la República Federal de Alemania. Tan joven y ya demostraba una capacidad de liderazgo por encima de sus capacidades técnicas, que no eran pocas. Beckenbauer se dio a conocer al mundo en el mundial de Inglaterra 1966, su figura se engrandeció en el Mundial de México 1970 y, aunque perdieron el primer partido contra la RDA, acabó por conquistar el título en el Mundial de Alemania 74, rodeado, entre otros, de los inolvidables Maier, Breitner, Roth, Hoeness y Müller. Por si fuera poco lo hicieron ante la naranja mecánica, la Holanda de Cruyff.
El 1977, después de haberlo ganado todo con el Bayern, el Kaiser decidió cambiar de ambiente e iniciar una nueva aventura fichando por el Cosmos de New York. Así Franz Beckenbauer veía cumplido otro de sus grandes sueños: jugar junto a su ídolo Pelé. Por supuesto, el alemán siguió ganando títulos, tres en cuatro años como jugador en la Gran Manzana. Para dar por terminada su carrera como jugador, volvería al Cosmos en 1983 después de militar un año en el Hamburgo con el que conquistó otra liga.
Junto con el brasileño Mario Zagallo, Becknebauer es el único de los grandes mitos del futbol que triunfó tanto como jugador como entrenador. La selección de la República Federal Alemana a su cargo llegó a la final de la Copa del Mundo en el 86, las semifinales de la Eurocopa en el 88 y se proclamó campeona del mundo en Italia 1990, justo dieciséis años después de que él mismo levantara la última copa del mundo ganada por su país.
Algunas de sus frases célebres
- 1
"Cruyff era mejor jugador, pero yo fui campeón del mundo."
- 2
"Para ser exitoso como jugador, entrenador y dirigente hay que tener mucha disciplina, bastante suerte y nacer en el país y en el momento adecuado."
- 3
"Si volviera físicamente al mundo no sería mala idea hacerlo como mujer.
" - 4
"Soy humano, no mago, si buscas uno, mejor vete a un circo."
- 5
"El problema para los jugadores de hoy es que tienen demasiadas distracciones. Antes estamos acostumbrados a verlos llegar a los entrenamientos con una revista de fútbol en las manos. Ahora, llegan comprobando el precio de las acciones."
- 6
"El humillante 7-1 que encajó Brasil es algo que jamás debería volver a ocurrir en una semifinal de un Mundial. Incluso como alemán, era difícil presenciar lo que estaba pasando."
- 7
"Fui profesional 20 años. En ese tiempo no hubo nunca un mánager, un entrenador o un médico de club que me pidiera tomar algo sin que yo supiera qué era."
- 8
"No es más fuerte el que gana, el que gana es fuerte."
- 9
"Sólo existe una posibilidad, o ganamos, o perdemos, o empatamos."
- 10
"Como se ha podido comprobar con suma claridad, los suecos no son holandeses."
- 11
"Hubo un año que jugué 15 meses."
- 12
"Tras el fracaso ante la RDA nos pusimos a beber cerveza y a fumar, y hablamos. Eso nos ayudó."