Efemérides

Fernando Arrabal, transgresor e inconformista

Nació en Melilla el 11 de agosto de 1932.

Transgresor e inconformista, a veces incomprendido y otras incomprensible, arte por encima de todas las cosas y también maestro de la palabra; dicen que tanto el Premio Cervantes como el Nobel de Literatura han coqueteado con él -el primero con el apoyo confeso de Camilo José Cela- pero ninguno le ha llegado, al menos hasta la fecha; y es que dicen también que sus formas excesivas y su discordante modo de sacar, en ocasiones, los pies del tiesto, resulta incongruente con tales galardones, no es, afirman, una cuestión de talento que, en su caso, es innegable. Hablamos de Fernando Arrabal, que nació tal día como hoy, 11 de agosto, en Melilla. Era el año 1932.

Le faltaban días para cumplir los 4 años cuando estalló la Guerra Civil, a la que él se refiere como 'incivil Guerra Civil', su padre, pintor de profesión, fue entonces detenido y, al mantenerse fiel a la República, inicó un camino oscuro y cruel que terminó con su desaparición en 1942; Fernando quedó al cuidado de su madre quien abandonó Melilla y se instaló en Burgos en busca de un futuro más luminoso que el que sabía esperaba a su todavía marido.

Creativo y rebelde desde niño, su madre le obligó a iniciar los cursos para inscribise en la Academia General Militar, no asistió a clase y comenzó un periplo de estudios y trabajos que se inició en Tolosa, lo llevó después a Valencia y finalmente de nuevo a Madrid, donde había estudiado en los Escolapios y donde inició entonces sus estudios de derecho. Por aquel tiempo comenzaba ya su obra teatral.

Ganó una beca para estudiar en París y llegó así a la que se convertiría en su segunda patria, cuentan que Francia le ha ofrecido la nacionalidad y que, ante un 'no puede usted dejar de ser español' dicho por el rey Juan Carlos I, optó por no aceptar.

Amigo de Andy Warhol, Tristan Tzara y André Breton, no fue hasta la década de los 60 cuando su talento comezó a ser reconocido en España; fue también entonces, en 1967, cuando firmó una dedicatoria que rezaba tal que así: 'Me cago en Dios, en la patria y en todo lo demás...' y dio con sus huesos en la cárcel durante tres meses aunque su condena era de 12 años de cárcel, sólo la presión ejercida por ilustres escritores de influencia internacional pudo reducir de tal modo su condena. Arrabal se jacta de que muchos de ellos fueron después Premio Nobel de literatura -Samuel Becket y Cela entre ellos- al tiempo que afirma que para él, ver su obra censurada por la dictadura franquista y ser además el único escrito español censurado tras la muerte del dictador, ha sido un premio mayor que el Nobel.

Su obra literaria -compuesta de novelas, poemas, ensayos y obras de teatro- es realmente amplia y, a sus 83 años cumplidos hoy, continua trabajando para hacerla crecer, lo hace incluso con mayor urgencia que nunca porque, dice, que sabe que el tiempo apremia y no quiere perderlo.

Poeta, ensayista, dramaturgo y soberbio jugador de ajedrez, los reconocimientos que no le han hecho luz de gas han sido el Premio Nadal, el Nabokov de novela, el Nacional de teatro, que recibió hasta en dos ocasiones o la Legión de Honor concedida por Francia.

Cierto es que a día de hoy su personalidad y sus gestos -actos como acudir ebrio a un programa de televisión- marcan en gran medida la percepción que se tiene de él pero, indudablemente y como sucede siempre con los genios más desbordantes, de Arrabal perdurará su obra.

Algunas de sus frases célebres

  • 1

    "La fama es un trozo de nada que el artista agarra al vuelo sin saber por qué."

  • 2

    "Merced al progreso de las religiones modernas la eternidad es cada día más larga."

  • 3

    "Los fanatismos que más debemos temer son aquellos que pueden confundirse con la tolerancia."

  • 4

    "Toda belleza duerme."

  • 5

    "Tan triste… no es serio. Tan cómico… no es divertido."

  • 6

    "He creado un partido anarquista con un solo miembro, yo, y a veces me expulso."

  • 7

    "Las preocupaciones son elixir de vida y también panacea contra el aburrimiento. Un individuo se niega a morir (¡y no muere!) cuando está fascinado por el espectáculo de su propia ruina. Fomenta con ello su propia industria contra el aburrimiento: la ansiedad."

  • 8

    "Los arquitectos crean ciudades, los ángeles bosques."

  • 9

    "Cuando me siento abatido me doy jaque mate a mí mismo."

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