César Milstein pertenece a ese insignificante grupo de científicos latinos que han recibido un Nobel en ciencias, aunque él realizó su principal obra científica en Inglaterra y contó con doble nacionalidad. Fue el tercer, y por ahora último, argentino distinguido con este reconocimiento científico. En caso de que a los españoles este dato nos haga sonreír de lado, debemos recordar que nuestro país sólo ha obtenido un galardonado en ciencias, Santiago Ramón y Cajal, pues Severo Ochoa era súbdito norteamericano en el momento de recibir la distinción.
El padre de Milstein era un inmigrante judío de origen ucraniano, que llegó solo a Argentina con quince años a realizar el viejo sueño de vivir y progresar en una tierra nueva. Hacia 1923 se casó con una muchacha que había nacido en las colonias judías agrarias de Entre Ríos. Compartían ideales socialistas. Tuvieron tres hijos, César era el segundo, a los que enviaron a la Universidad con grandes sacrificios.
A los 18 años César Milstein se incorporó a la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad de Buenos Aires. Milstein no era un estudiante brillante, pero las clases prácticas intensivas para pocos alumnos que caracterizaban a la Facultad, lo formaron sólidamente. Cuando terminó la licenciatura comenzó a trabajar en la Facultad de Medicina en las condiciones precarias de los laboratorios argentinos de entonces. Sin ningún apoyo económico, preparó su tesis de doctorado sobre cinética de enzimas. Después de doctorarse, ganó un concurso en el Instituto Nacional de Microbiología Dr. Malbrán y una beca del British Council para trabajar durante tres años en el departamento de bioquímica del Medical Research Council bajo la dirección de con Malcolm Dixon.
Después de conseguir un segundo doctorado, regresó a Argentina, pero tras el golpe militar de 1963, el gobierno intervino el Instituto Malbrán, desmanteló el laboratorio de Biología Molecular y echó al equipo que conducía Milstein. A los 15 días estaba trabajando en el Laboratory of Molecular Biology de Cambridge, ciudad en la que vivió hasta su muerte.
En 1984 el Instituto Karolinska de Estocolmo dio a conocer a los científicos distinguidos con el premio Nobel de Fisiología y Medicina, entre los que se encontraba un argentino nacionalizado británico. Era César Milstein, premiado por el descubrimiento del principio que rige la producción de anticuerpos monoclonales, el avance metodológico más importante en el campo de la biomedicina durante los años setenta, con importantes aplicaciones que van desde el diagnóstico de diversas enfermedades virales, bacterianas, parasitarias, inmunológicas, hasta el tratamiento de tumores, pasando por los problemas de rechazo observados en trasplantes, y la investigación que hoy permite que los test de embarazos se hayan transformado en análisis rápidos y caseros.
El descubrimiento de este hombre pequeño y activo dio lugar a negocios de miles de millones de dólares, y sin embargo él, que desde su juventud fue un hombre comprometido, no cobró una libra. En algún momento expresó que, si decidió ser científico, es porque la ciencia no da poder. Por eso y mucho más, hoy lo recordamos.
Algunas de sus frases célebres
- 1
"La universidad debe enseñar a aprender."
- 2
"La ciencia tiene la fascinación de la aventura porque por encima de todo es una exploración a lo desconocido."
- 3
"Decidí ser científico porque la ciencia no da poder."
- 4
"Hay millones de ejemplos que demuestran que grandes descubrimientos surgen de manera inesperada cuando se está buscando otra cosa."
- 5
"Soy lector de novelas, no de ensayos, porque no estoy interesado en las conclusiones que saquen los demás."
- 6
"Muy a menudo los grandes avances vinieron de manera absolutamente imprevista."
- 7
"Para mí, la vida científica es muy absorbente, me gusta demasiado. Y hay una necesidad de sentirse libre para hacer lo que uno quiere."
- 8
"Lo que es difícil de inculcar entre administradores y gobernantes es que sin una base sólida capaz de producir avances fundamentales a nivel básico, las posibilidades de avances prácticos son remotas."
- 9
"El motor de la ciencia es la curiosidad con las preguntas constantes: ¿Y eso cómo es? ¿En qué consiste? ¿Cómo funciona? Y lo más fascinante es que cada respuesta trae consigo nuevas preguntas."
- 10
"Los grandes talentos son, por definición, pocos y deben ser protegidos y alentados. Necesitan un apoyo que no puede depender de un gobierno u otro, un apoyo que debe trascender la lucha política."
- 11
"Usted descubre el curso de acción. Pero entonces se da cuenta de que ese curso no estaba determinado por lo que usted creía. Es como un asesino que va y mata a alguien. ¿Quién es el asesino? Usted lo descubre, pero se encuentra con una personalidad de lo más extraña. Y dice: "¿Por qué lo mató?". Ahora le interesa por qué lo mató. Y la historia es interminable."