Efemérides

Ben Jonson, poeta, gran dramaturgo, amante de la controversia y quién sabe si amigo de Shakespeare... o no

Uno de los poetas y dramaturgos más notables en legua inglesa, Ben Jonson, nació el 11 de junio de 1572 en Westminster, Reino Unido.

Si no hubiese existido Shakespeare, quizá el nombre de Ben Ben Johnson Jonson -el escritor de teatro y poeta británico- sería más conocido de lo que ya es aunque ésto no deja de ser una mera hipótesis; lo cierto y verdad es que se trata de uno de los escritores más notables en lengua inglesa, un tipo culto, erudito incluso, pagado de sí mismo pero, sobre todo, excesivamente visceral.

Hablar de Ben Jonson es hacerlo de un hombre del S.XVII por lo que la información de la que disponemos es la que él mismo o sus más allegados han dejado escrita acerca de este estudioso inglés; sabemos que nació en Westminster pero era de ascendencia escocesa, su padre murió poco antes de nacer él y su madre se casó después con un maestro masón; Jonson era un niño brillante en los estudios y estaba destinado a asistir a la Universidad de Cambridge; desconocemos qué ocurrió pero cuando llegaron los días de la universidad Jonson no sólo no fue a Cambridge sino que comenzó a trabajar, probablemente como peón de albañil; duró poco en ese cometido y se alistó en el ejército.

Sabemos que se casó y que al menos dos de sus hijos murieron siendo todavía pequeños; su caracter impulsivo y su facilidad para juzgarlo todo y a todos le hizo acabar con sus huesos en la cárcel en dos ocasiones; además, ya en lo literario, vivió sus años de gloria entorno a 1607, época en la que se publicó la que se considera su obra esencial: Volpone y en la que también era un importante escritor de mascaradas para la corte de James I; pero cuando perdió el favor de la corte -aunque seguía escribiendo mascaradas, no sentirse el predilecto, dado su caracter, era para él un insoportable golpe a su orgullo- y cuando sus obras de teatro comenzaron a resultar menos exitosas que las previas, vivió un calvario de penurias económicas y salud quebrada que lo llevarían al fin de sus días.

Sabemos que conoció a Shakespeare pero todavía hoy, revisados sus escritos y los de quienes escribieron acerca de ambos, no acabamos de tener claro si eran amigos o enemigos; lo que sí es cierto es que Ben Jonson, a pesar de la acidez de algunos de sus comentarios, consideraba a Shakespeare un genio, respetando así el arte del célebre escritor de teatro -mucho menos erudito de lo que lo era él- mientras que la compañía de teatro del propio Shakespeare representó alguna de las obras de Jonson, al menos en una de ellas actuó el propio Shakespeare.

Tampoco hay muchas dudas acerca del carácter imposible de Jonson, de su vasta cultura pero no más discreta soberbia, de su afilada lengua, de su poca confianza en las masas y de su gusto por las élites. Fue el hijo predilecto, en lo cultura, de la corte de James I y cuando a éste lo sucedió su hijo perdió parte de su predicamento, lo supuso un golpe moral para él.

Fue enterrado de pie -lo que indicaba que murió bajo estrecheces económicas- en la Abadía de Westminster y allí yace bajo un sencillo epitafio: Ora por Ben Jonson -lo que parece indicar que a su muerte abrazaba todavía la fe católica a la que se había convertido en una de sus estancias en la cárcel-.

Algunas de sus frases célebres

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    There is no greater hell than to be a prisoner of fear.

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    Success produces confidence; confidence relaxes industry, and negligence ruins the reputation which accuracy had raised.

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    3

    Ambition makes more trusty slaves than need.

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    4

    Apes are apes, though clothed in scarlet.

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    Let them call it mischief: When it is past and prospered t'will be virtue.

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    6

    He knows not his own strength that has not met adversity.