John Burgess Wilson nació en un entorno familiar humilde y católico, lo que le confirió el sentido crítico y de pertenencia a una minoría cultural que más tarde plasmaría en sus obras. Crecería en ausencia de su madre, un año después de su nacimiento diezmada por la spanish flu de 1918. Los primeros años de su vida estuvo al cuidado de una tía materna, hasta que en 1922 su padre volvió casarse, quedando al cuidado de su madrastra. Burgess se licenció en filología inglesa, pero con esa titulación, lograda en la en la Universidad Victoria de Manchester, tan sólo podía aspirar a colocarse en la cola del paro después del peor licenciado de Oxford.
Al comenzar la Segunda Guerra Mundial ingresó en el ejército, en el que, integrado en el Royal Army Educational Corps, impartió cursos de francés, alemán y español en Gibraltar. En el 54 obtuvo una plaza de funcionario en el Servicio Colonial, con base en Borneo y Malaya, donde realizó tareas de coordinación educativa y escribió tres novelas ambientadas en la colonia, Tiempo del tigre –tras la que adoptó su alias literario-, El enemigo en la manta y Camas en Oriente, publicadas conjuntamente bajo el título La trilogía malaya. Pero un giro inesperado cambió su vida. Un desmayo alertó a los médicos de una enfermedad por la que le daban sólo unos meses de vida. Volvió a Inglaterra, dispuesto a producir media docena de novelas , un objetivo que cumplió a pesar de la opresiva cercanía de la muerte.
Pero el diagnóstico fue erróneo y la breve vida que Burgess se había planificado como escritor profesional continuó hasta la vejez. Poco después escribiría la novela de mayor éxito, la distopía La naranja mecánica. En todo ese tiempo Burgess escribió treinta y tres novelas, tres libros de poesía, tres obras teatrales, las biografías de Hemingway, Shakespeare y D. H. Lawrence, tres compilaciones de trabajos periodísticos, siete estudios literarios - entre los cuales destacan dos sobre James Joyce- dos obras sobre lingüística aplicada, dos libros sobre música, ocho traducciones, decenas de prólogos y centenares de reseñas literarias. Y una autobiografía en dos volúmenes en la que nos muestra a un tipo de espíritu locuaz e irónico y una dichosa existencia, plagada de viajes, deleites gastronómicos, relaciones sociales, actividades académicas y creaciones musicales y literarias. Por estas últimas se ha convertido en uno de los principales escritores británicos de la segunda mitad del siglo XX.
Algunas de sus frases célebres
- 1
"Es probable que no estemos obligados a amar la música de Beethoven ni a odiar la Coca-Cola, pero cabe la posibilidad, al menos, de que estemos obligados a desconfiar del Estado."
- 2
"Una de las tareas del novelista es intentar entender lo que no puede entender."
- 3
"La vida consiste en adaptarse y volver a adaptarse."
- 4
"El mantenimiento de una sociedad compleja depende cada vez más del trabajo rutinario, un trabajo sin chispa ni creatividad."
- 5
"A veces siento un deseo de aniquilación inmediata, pero el impulso de seguir vivo siempre se impone."
- 6
"Dios prefiere al hombre que elige hacer el mal, antes que al hombre que es obligado a hacer el bien."
- 7
"La maldad tiene que existir junto a la bondad para que pueda darse esa elección moral. La vida se sostiene gracias a la enconada oposición de entidades morales."
- 8
"Usted viva su vida; nadie puede hacerlo por usted."
- 9
"Como nunca logró satisfacerme la visión que los cuatro evangelistas nos han transmitido de ese Cristo frágil y con rostro de Dustin Hoffman ...me he sentido obligado como novelista a sugerir esta otra visión del Mesías."
- 10
"La verdad es que nos estamos comunicando en todo el mundo, pero no a través del lenguaje."
- 11
"La capacidad de odio de las personas nunca puede dejar de asombrarnos. Más aún si tenemos en cuenta que el hombre parece ser gregario por naturaleza y ha creado una sociedad fundada de hecho en el amor, bajo diversos nombres."