Efemérides

Erich von Stroheim, el hombre que usted desearía odiar

Erich von Stroheim, uno de los creadores más audaces, originales y odiados de Hollywood, nació en Viena el 22 de septiembre de 1885.

Erich Oswald Stroheim nació en una familia burguesa de judíos practicantes. Su padre se dedicó a actividades comerciales primero y a la fabricación de sombreros después. Como muchos otros vieneses de buena familia, Stroheim estaba destinado a la carrera militar y muy joven salió de la Academia de Neustadt como teniente de caballería. O eso decía él. Se dice que un error suyo precipitó la ruina de su familia. Emigró a los Estados Unidos en 1909.

Antes de darse a conocer como cineasta trabajó en toda clase de oficios, desde estibador hasta profesor de equitación. Después entró como figurante en una compañía teatral. Y le bastaron pocos años para demostrar su extraña personalidad, dando vida a una serie de tipos sensuales, de modales fríos y refinados bajo los que siempre se ocultaban la hipocresía y el sadismo.

La fuerza con la que expresaba la crueldad y el cinismo llevaba al cine a una audacia nueva, convirtiendo en arte lo que venía siendo mayoritariamente una industria y, lógicamente, salió del anonimato. Pronto Hollywood fabricó una consigna para él: el hombre que usted desearía odiar. También trabajó como ayudante de dirección de David W. Griffith en Nacimiento de una nación, Intolerancia y Hearts of the world. Pronto se sintió insatisfecho y quiso asumir la responsabilidad completa de la dirección.

La primera película de Erich von Stroheim como realizador data de 1918, La ley de las montañas. A partir de entonces realizó El pasaporte del diablo, Esposas frívolas, Maridos ciegos, Avaricia, La viuda alegre, La marcha nupcial, Queen Kelly, y una película que jamás llegó a estrenarse y que supuso su condena a no dirigir más cine, Walking down Broadway. Todas, excepto la amable y fugaz La viuda alegre, son obras duras, amargas e impecablemente transgresoras de la moral dominante en la Meca del cine. Unos diez años después de comenzar a dirigir películas acabó la carrera de este realizador imperioso, altivo, inquieto y rebelde, uno de los creadores más audaces y originales que ha dado el cine.

Tan audaz y tan original, que no pudo imponer su talento en Hollywood, donde ya es sabida la suerte que corren los genios con características como las suyas, léase Charles Chaplin y Orson Welles. En 1937 regresó a Europa, donde volvió a prestar como actor su gesto cruel y su voz cavernosa. Por mil dólares al día, hizo de todo en todo tipo de películas, excepto dos excepciones, el papel de oficial alemán en La gran ilusión, de Jean Renoir y el de su propia vida fracasada en El ocaso de una vida de BilIy Wilder.

Algunas de sus frases célebres

  • 1

    "En Hollywood eres tan bueno como tu última película."

  • 2

    "¡No vuelvo al cine, es el cine el que vuelve a mí!"

  • 3

    "No podía trabajar con una chica que no tuviera espiritualidad."

  • 4

    "Nunca acepté compromisos ... o en cualquier caso cedí al conformismo de la moda ... No me dejé atraer por la adulación del dinero ... Siempre dije lo que pensaba... Le gustara o no le gustaba la gente ...Fue en todo caso la verdad como yo la vi ... Y esta conciencia lúcida es mi recompensa ..."

  • 5

    "En el rodaje de La gran ilusión fue la primera vez que un director aceptó con entusiasmo todas las sugerencias que humildemente le hice."

  • 6

    "Nunca he conocido a un director más comprensivo, más inteligente y más dotado que Jean Renoir."

  • 7

    "Cuando comencé a dirigir películas trabajé día y noche, sin comer, a veces sin dormir, para describir los cambios en la expresión y el carácter."

  • 8

    "Dicen que soy odioso y entreno a mis actores como si fueran perros, como si fuera el típico alemán de antes de la guerra. Pero sé lo que hago: es mi método. Debo quitar la corteza de una técnica falsa y traer a la luz el verdadero sentimiento."

  • 9

    "Los miro con dureza. Nunca he lidiado con tanta impaciencia… aplastándolos con sarcasmo, malas palabras, desprecio, y todos se quieren ir. Es entonces cuando llego al fondo de su alma y la llevo hacia su expresión natural."

  • 10

    "Desde la primera proyección de Esposas frívolas caminé entre multitudes de personas cuyos rostros blancos americanos se volvían hacia mí con actitud severa."

  • 11

    "A causa de mi sinceridad he sido condenado, abucheado, vilipendiado. Se han extendido sucios rumores sobre mí. No por mis caracterizaciones sino por mi, por mi yo privado."

Salir de la versión móvil