Recetas

Patatas como churros, literalmente. Atento a esta receta

Si eres un enamorado de las patatas, esta receta te va a encantar porque seguro que nunca las has comido preparadas como churros...

Nos encantan las patatas y las comemos de muchas maneras: que si fritas o cocidas, asadas, rellenas o en ensalada, guisadas o en puré... ¿como churros? sí, desde ahora también como churros o, por ser más exactos, preparadas como si fueran churros.

Esta receta tan original es francesa y se la debemos a la coperativa agrícola Noirmoutier, una agrupación de agricultores que se dedican al cultivo de la patata en la isla de Noirmoutier, donde se cultiva la que pasa por ser la patata más exclusiva del mundo (también la más cara y la más rica...); es una patata de recolección temprana (comenzó a recogerse a principios del pasado mes de marzo) y es una más de las muchas joyas de la gastronomía francesa.

Si puedes hacerte con una caja de estas patatas (se venden en cajas de madera de 5 kilos) ¡estupendo! pero si no es así, no dudes en intentar preparar estos deliciosos churros con cualquier patata española de recolección temprana (la patata 'nueva').

Comenzamos por los ingredientes de la receta: 4 a 5 piezas crudas grandes, 65 g de agua, 25 g de mantequilla semi-salada, 50 g de harina, una pizca de sal fina, un huevo, aceite de maní y un limón.

Y ¿cómo preparamos nuestros churros? así: lo primero es lavar las patatas (sin pelarlas) y asarlas en el horno a 180º sobre una cama de sal gorda; después se pasan por el pasapuré (insistimos, sin pelarlas siempre que se trata de patata 'nueva' o de recolección temprada); a continuación se hierve el agua con la mantequilla y la sal y, ya fuera del fuego, se agrega la harina y se pone el cazo con la mezcla de nuevo al fuego removiendo con una espátula; ya sólo nos falta mezclar la masa obtenida con la harina con la pulpa de la patata y el huevo hasta obtener una mezcla homogénea que será la masa de nuestros sugerentes churros.

¿Y ahora? lo que haríamos con cualquier masa de churros: darles forma y freirlos en aceite a 180º, una vez estén dorados los colocamos sobre papel absorvente para que eliminen el exceso de aceite y ¡a emplatar!.