Una de las maravillas de utilizar la crujiente y chasqueante masa filo, es que da igual el tipo de receta que hagas con ella, porque siempre es un acierto. Bien sea para preparar un plato dulce, o como en este caso, una tarta salada de verduras y queso feta. El relleno que he elegido no es otro que unas verdes hojas de espinacas aderezadas con sal de ajo, cebolla, puerro, calabacín, brócoli y el queso más tradicional y reconocido de toda Grecia; el queso feta. Me encanta su sabor fuerte, intenso y ligeramente ácido, que aporta siempre un sabor muy personal.
En casa lo consumimos mucho, bien sea para alegrar un plato de pasta, una ensalada o ¡al horno! que es como más nos gusta. Lo desmenuzo con las manos en un molde y le añado piñones, orégano, pimienta, copos de chile, unos cherry cortados en cuartos y un cordón de aceite de oliva virgen extra. Al horno 10-12 minutos para que gratine, y listo un aperitivo lleno de personalidad para tomar con pan seco o unas crakers. ¡Toda una delicia!
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