Si todavía eres de los que piensa que las ensaladas son insípidas y aburridas, probablemente también seas de los que piensa que comer sano es algo que se hace sólo por obligación o por perder ese kilo de más que se ha hecho fuerte ahí donde menos nos gusta sentirlo. Pues bien, hoy tenemos una gran noticia, en forma de receta, para ti.
Comer sano puede ser delicioso porque, como idea principal, no supone la privación de ningún alimento a modo de dieta hitleriana sino la correcta combinación de todos ellos de modo que nos demos el gusto de comer rico sin darnos el disgusto que nos deja la gula en forma de kilos de más, de pieles mal nutridas, de pelo sin brillo...
Para demostrarte que comer sano puede ser, de hecho es, delicioso, hoy te proponemos una ensalada que te hará caer rendido al bol de hojas verdes con tropezones y aliños de colores por siempre jamás.
De entre todas las hojas verdes susceptibles de acabar en una ensalada, hoy nos quedamos con las espinacas que, curiosamente, hacen que esta verdura guste mucho más de lo que lo hacía cuando sólo se servía cocida; para servirlas en crudo utilizaremos siempre las hojas de espinacas baby.
Atento a los ingredientes que acompañarán a tus espinacas baby: tomates cherry, pepino, espárragos verdes, champiñones, cebolla dulce, pimiento amarillo, arándanos secos y frescos, anacardos fritos, aceitunas y sal ahumada.
Si alguno de estos ingredientes te hace poner los ojos en blanco, puedes borrarlo de la receta e incluso cambiarlo por algún otro que te seduzca más pero te advertimos que de ésta combinación, más allá de las notas sápidas de cada uno de los ingredientes, resulta un sabor magnífico al que sólo le falta el toque, esencial por otra parte, del aliño.
La vinagreta es un aliño clásico que gusta a todo el mundo pero si cambias el vinagre por limón y añades a la mezcla de éste con el aceite de oliva virgen extra, además de sal, picotas del Jerte, el resultado será sorprendente y terriblemente delicioso.
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