Dorada a la sal con crema de aguacate.

Cocinar el pescado a las sal es la manera más efectiva de conservar todo su sabor y todo su jugo. No creáis que por asarse cubierto de sal va a resultar salado, nada más lejos de la realidad. Eso sí, la dorada debe ir entera y sin ninguna incisión. Pero si preferís extraerle las vísceras, no olvidéis introducir en ese hueco una rodaja de patata para que la sal no penetre en el interior.

La dorada pertenece al grupo de los pescados blancos, y gracias a su elevada cantidad de vitamina E, hace que sea muy beneficioso para nuestro sistema circulatorio. Contiene unos niveles relativamente bajos de grasa, por lo que podemos incluirla en las dietas de control de peso. Resulta muy fácil de digerir y su carne nos aporta una fuente importante de minerales, entre los que destaca el potasio, el sodio y el fósforo.

Esta sana y deliciosa receta liga maravillosamente con una crema de aguacate. El consumo de éste fruto, nos ayuda a mantener una piel nutrida y cuidada, y es un excelente aliado para reducir los niveles de colesterol. Se dice de él, que su ácido oleico retrasa la aparición del hambre y que su fibra y proteína nos regala grandes beneficios. Eso sí, si tenéis problemas de sobrepeso no abuséis de su consumo, ya que es un alimento con un alto valor calórico.

Unos consejos para reconocer una dorada de calidad y fresca:
- El color de sus ojos han de ser brillantes y no estar hundidos.
- Sus branquias han de estar húmedas y rojas.
- Su piel ha de ser firme y con un brillo metálico.

Espero que os guste y os animéis a prepararla.

Ingredientes

Ingredientes: 1 dorada entera – 2 kilos de sal gorda – 2 ó 3 patatas – 1 aguacate - ½ cebolleta – piparras - ½ limón – ½ lima – sal y aceite.

Receta en 12 pasos

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Ingredientes: 1 dorada entera – 2 kilos de sal gorda – 2 ó 3 patatas – 1 aguacate - ½ cebolleta – piparras - ½ limón – ½ lima – sal y aceite.

Precalentar el horno a 200º , con calor arriba y abajo.
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Lavamos la dorada y dejamos escurrir el exceso de agua. En una fuente apta para el horno preparamos una cama de sal haciendo presión con las manos. Colocamos la dorada con una rodaja de limón.
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Cubrimos con sal y volvemos a hacer presión para que quede bien enterrada.

Introducimos al horno bajando su temperatura a 180º y lo dejamos durante 25 minutos.
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Mientras se hace nuestro pescado preparamos la guarnición.

Lavamos las piparras. Para quien no lo sepa, las piparras son las guindillas picantes que habitualmente compramos en frascos de cristal, pero frescas. Si vuestro frutero no las tiene, podéis comprar pimientos de padrón. El picante le da un toque excelente a este plato.

En una sartén añadimos 1 cucharadita de aceite e incorporamos las piparras. Dejamos que se hagan durante unos minutos y reservamos
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Pelamos y lavamos las patatas.

En esta ocasión vamos a freír las patatas en forma de tubo. Para ello necesitamos un descorazonador. Quedan muy bonitas y originales… y ésta receta bien lo merece.
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Para elaborar nuestra crema de aguacate añadimos a una picadora la cebolleta y la dejamos muy fina.
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Cortamos el aguacate con un cuchillo rodeándolo completamente hasta donde nos permita el hueso. Lo cogemos y hacemos un giro con las manos, cada una, en una dirección. Ya lo tenemos abierto por la mitad, ahora, para retirar el hueso clavar el cuchillo con un golpe seco y giráis. Comprobaréis que sale con mucha facilidad.

Conservar el hueso.
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Incorporamos el aguacate a la cebolleta, añadiendo un poquito de sal, el zumo de la lima y del limón. Trituramos todo junto durante unos segundos.
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Una vez listo, añadimos el hueso del aguacate para evitar que se oxide y así conserve todo su color hasta que tengamos listo nuestro pescado.

Para decorar el plato con la crema de aguacate podéis utilizar una manga pastelera ó una cuchara de servir helado en bolas. Ya sabéis que la presentación dice mucho de vosotros y con estos pequeños trucos conseguiréis que os queden realmente bonitos.
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¡Ya la tenemos lista!.

Ayudaros de un tenedor para retirar a los lados la sal, cuando aparezca vuestra dorada cogerla con una espátula y ponerla en una fuente para limpiarla.
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Con mucho cuidado retiramos la piel y las espinas de los lados. Sale con muchísima facilidad, porque nuestra dorada a quedado en su punto exacto. Los lomos están limpios y jugosos. ¿Veis su brillo?

¡Qué delicia!
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Y voilá…. Lista para saborear.

Cuando juntéis los sabores descubriréis una nueva sensación.

Espero que lo disfrutéis y que os guste tanto como a mi.