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Cardo de Navidad, la receta de mi familia

¡Feliz Año Nuevo!, con estas tres palabras cargadas de emoción y buenos deseos comenzaremos todos el año 2018.

Horas antes de que estos suceda, muchos de nosotros nos reunimos con nuestros seres más queridos alrededor de una mesa para decir adiós a un año repleto de experiencias y sensaciones, que buenas o malas, nos han servido para seguir aprendiendo, avanzando y disfrutando del regalo que supone estar vivos. Juntos también, abrazaremos y daremos la bienvenida a los siguientes 365 días, que espero vengan cargados de salud y proyectos cumplidos para todos.

En mi casa es una tradición comer por estas fechas el cardo de Navidad. Un plato que ya cocinaba mi abuela y que aparte de ser sencillo y delicioso se puede dejar preparado un día antes, lo que nos va a permitir tener organizada la cena de fin de año con tiempo.

El cardo es muy apreciado en países del norte de Europa y en países bañados por nuestro mar mediterráneo. Es generoso en fibra, calcio y perfecto para aligerar digestiones, dato a tener en cuenta en estas fechas donde la abundancia en la mesa es más que sobrada.

El cardo lo vamos a encontrar en casi todos los supermercados, y necesita un proceso de limpieza exhaustivo y a conciencia:
Debemos comenzar por separar las pencas y cortar los bordes laterales de cada una de ellas con un cuchillo para eliminar los pinchos. Después hay que cepillar muy bien cada una de ellas hasta retirar la telilla que tiene pegada, que es la causante de su amargor. El siguiente paso para obtener un cardo impecable es retirar los hilos que contienen en lo ancho de la penca: en uno de los extremos realizamos un corte suave y lento, y antes de que el cuchillo lo atraviese por completo sentiremos y veremos con facilidad esos hilos, es entonces cuando dirigiremos el cuchillo hacia abajo para eliminarlos. Después cortamos las pencas en trozos de dos centímetros y medio aproximadamente, en este paso también tendremos oportunidad de retirar los molestos hilitos y los vamos dejando en un recipiente con agua fría junto a medio limón en rodajas para que no oscurezca. Una vez terminado de preparar, lavar y escurrir.

Ahora solo nos queda cocinarlo suavemente y disfrutarlo en familia durante la última noche del año.