Crear una receta y comprobar el placer que produce en todo aquel que lo prueba, es uno de los momentos más especiales para mi, y estos bocados rancheros os van a producir muchas sensaciones placenteras, ¡tantas! que cuando se terminen querréis volverlos a cocinar.
Son verdaderamente increíbles, su sabor personal, sus texturas, su toque picante que solo un buen chile chipotle adobado puede dar, la cremosidad de los frijoles rojos, y los chorizos blancos ahumados que aportan un toque bárbaro, convierten a estos bocados rancheros en toda una delicatessen.
Hoy en día podemos encontrar todos los ingredientes de esta receta en la gran mayoría de los supermercados grandes, más concretamente en la zona de productos mexicanos o latinos.
El chile chipotle es una variedad de chile que se deja madurar hasta que su tamaño comienza a mermar y hacerse pequeño, es entonces cuando los ahuman sobre una parrilla a muy baja temperatura durante largo tiempo, para después aderezarlos con deliciosas especias: tomates, cebollas y un montón de ingredientes ricos que le dan este sabor tan propio y genuino. Cuando los pruebas su aroma predomina en el paladar de manera intensa, es extremadamente sabroso y perfectamente picante. Estos chiles se venden en pequeñas latas y duran meses, siempre y cuando, una vez abiertos los conservéis en el frigorífico en un recipiente de cristal, esterilizado y hermético.
Los chorizos blancos ahumados, también se compran en la sección de productos latinos y vienen envasados al vacío. Su carne está proporcianadamente especiada y es un producto que cuando lo conozcáis, estoy segura de que los incluiréis en más de una receta.
Ahora, ¡vámonos hacer la compra y a alegrar la hora de la comida con mis bocados rancheros!
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