Hoy os proponemos un capricho de fin de semana, un bocado de esos que uno se reserva para pecar ¿o no hay acaso algo de pecado en un bocadillo? claro que éste no es un bocadillo tradicional, resulta sugerente e innovador desde el pan -será un bagle- hasta el último de los ingredientes con los que lo vamos a rellenar.
El bagle -o bagel- es un pan de origen polaco, se popularizó entre la comunidad judía y comenzó a hornearse en Londres desde donde llegó a Norteamérica; hoy en día lo podemos encontrar mucho más allá de su Polonia natal y también en nuestras panaderías.
Y ahora que tenemos el pan, vamos al relleno; que nuestro bagle sea tejano nos da ya una pista de lo intensos que serán los sabores que esconde; lleva carne, una tan suave como lo es siempre la pechuga de pollo pero condimentada de tal modo que se llenará de sabor; pero no creas que nos conformaremos con poner una deliciosa carne preparada a la plancha, hecha hilos y envuelta en tomate frito, ketchup y otras salsas; también añadiremos queso, lechuga, aceitunas negras y... ¡nachos!.
¿Eres de los que siempre ha hechado de menos algo más crujiente que la lechuga dentro de sus bocadillos? si es así tal vez, cuando nadie mira, seas de los que desliza una patata frita entre el jamón y el queso de tu sandwich, junto al tomate y escondida por una hoja de lechuga.
Pues bien, con este bagle no vas a tener que esconder el punto crujiente de tu bocadillo, nuestra receta no sólo sugiere un acompañamiento nachos con queso fundido, que también, sino que desliza algunos entre pan y pan.
¿Listo para disfrutar el bocadillo más espectacular que has preparado nunca? te contamos paso a paso como prepararlo.
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