Sol a raudales, una suave brisa y un nivel optimo de humedad en el aire; bajo estas idílicas condiciones se seca la sal en Mallorca, en la playa natural de Es Trenc, creándose, en la superficie del agua de las balsas de las salinas, una fina capa de cristales que parecen flores; flor de sal, la sal marina más pura rastrillada con mimo según una tradición artesanal.
La sal, denostada hasta hace poco ha pasado a convertirse en un aderezo sofisticado, elegante y caro, y a recuperar su importancia en una sociedad que hace siglos la utilizaba como moneda de cambio.
Y es que lejos queda la diferenciación entre sal fina y sal gruesa; ahora la sal está de moda y toca aprender a distinguirlas y convertirse en un auténtico Selmelier.
La flor de sal, valiosísima por su pureza, realza el sabor de los platos y si se enriquece con ingredientes naturales, como hacen en Flor de Sal d’Es Trenc el resultado final es exquisito. Toma nota y elige la tuya:
Natural: Con alto contenido en minerales y magnesio,
Mediterránea: mezclada con hierbas como romero, ajedrea, mejorana, tomillo y orégano.
Olivas negras: Con aceitunas Kalamata tostadas.
Hibiscus: Mezclada con la flor del hibiscus, su exótico aroma la convierte en un manjar.
Sri Lanca: Con una equilibrada mezcla de diez especias: cilantro, cúrcuma, fenogreco, cardamomo, chili, pimienta negra, cayena, canela y clavo.
Rosa: Su sabor especial proviene de los pétalos de la Rosa Gallica, de las pimientas de Sechuán y negra de Sarawak.
Y si eres de los que lo quieren todo y lo quieren ya, te presentamos Edición de Luxe con los cinco sabores.
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