Tras años triunfando en Dubái con un servicio de catering especializado en alta cocina, Marta Yanci decide el pasado septiembre abrir un local al que bautiza como Marta's Workshop. Ahora que está a punto de cumplir su primer año de vida, hace un balance positivo, como ella, siempre optimista y con una sonrisa por bandera.
Considerado un lugar para entusiastas de la buena gastronomía, no dejan de crear platos diferentes, con ganas de sorprender en todo momento a sus clientes. "Sentimos la necesidad de ofrecer en Dubai comida de calidad, de mercado pero sin recurrir a ingredientes de lujo; cocina de autor a precios razonables. Encontrar todos estos elementos en el abanico de restaurantes aquí es difícil", explica a Loff.it
Para Marta, la experiencia en el Golfo Pérsico la ha definido más como chef. "Cuando empecé a cocinar, hacia platos tradicionales o interpretaba aquellos que me habían gustado en restaurantes a los que había ido. Poco a poco he sabido darme cuenta de qué clase de cocinera aspiro a ser, y cada día trabajo para llegar a ello".
Que el éxito la acompaña es un hecho. En menos de 6 meses, su restaurante pasó de tener poca ocupación a reservas con varias semanas de espera. Llama la atención que tiene un horario, cuanto menos, original: solo sirve almuerzos, o como lo llama ella, un concepto 'Lunch Only'. "Es una decisión que nos ha restringido algo a la hora de crear platos, pero es lo que nos podemos permitir por el momento. En mi negocio es fundamental mantener el catering y la mayor parte de los eventos tienen lugar por las noches".
No es lo único por lo que no puede abrir más horas. En Marta's Workshop no hay camareros. "Somos los cocineros los que tomamos nota, cocinamos y servimos. Sería imposible mantener ese concepto durante los dos horarios", explica esta amante de la cocina vietnamita. "De ella aprendí que hay cuatro pautas para que cualquier plato sea equilibrado: un toque crujiente, otro fresco, uno ácido y uno dulce. Cuando una comida no acaba de convencerme, suele ser porque le falta alguno de esos elementos".
Su ingrediente secreto es el amor. "Una buena comida debe estar hecha con el corazón. Hay que poner una pizca de pasión y disfrutar cocinando". Cuando, tras servir un plato del que se siente especialmente orgullosa, un cliente le felicita, siempre piensa: "Algo debo estar haciendo bien".
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